El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, propuso este domingo una mediación conjunta con China y Emiratos Árabes Unidos para decir “ya basta” a la guerra en Ucrania.
El mandatario brasileño, que el domingo concluyó una gira de tres días que le llevó a Pekín y Abu Dabi, afirmó que habló con los presidentes de Emiratos Árabes Unidos (EAU) y China sobre la creación de un grupo de países, parecido al G20 de economías avanzadas, para mediar en el conflicto causado por la invasión rusa.
Lula da Silva, junto a los gobiernos soberanos de China y Emiratos Árabes, busca cesar el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania desatado a inicios del 2022. Foto: EFE
A diferencia de las potencias occidentales, ni China ni Brasil han impuesto sanciones contra Rusia y tratan de posicionarse como mediadores para poner fin a la guerra, desencadenada en febrero de 2022.
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Emiratos adoptó a su vez una posición de neutralidad en ese conflicto, aunque acogió a un importante número de empresarios rusos.
“Ayer hablé con el jeque [de Emiratos, Mohammed ben Zayed al Nahyan] sobre la guerra. Hablé con [el presidente chino] Xi Jinping sobre la paz. Y creo que estamos encontrando un conjunto de personas que prefiere hablar de paz que de guerra. Creo que tendremos éxito”, dijo Lula a los periodistas en Abu Dabi, antes de regresar a su país. El líder de izquierda, de 77 años, que regresó al poder en enero, también hizo hincapié en que “la decisión de la guerra fue tomada por dos países” y acusó a Estados Unidos y Europa de prolongar el conflicto.
La visita de Luiz Inácio Lula da Silva a China ha dejado en evidencia la apuesta del presidente brasileño por reavivar el bloque de los emergentes, acercarse más a Pekín e intentar cambiar el orden mundial en medio de crecientes tensiones geopolíticas.
El mandatario cerró su viaje al gigante asiático con una veintena de acuerdos comerciales firmados y simbólicos gestos hacia su homólogo chino, Xi Jinping, que pueden llegar a ser vistos con escepticismo en Estados Unidos y el resto de Occidente.
Lula visitó instalaciones de la tecnológica Huawei, sancionada por EE.UU al considerarla una herramienta de espionaje, y cuestionó el dólar como moneda dominante, además de pactar con China la promoción del comercio en yuanes.
Lula ha emprendido un delicado ejercicio de equilibrio entre EE.UU y China, dos potencias confrontadas por un número creciente de expedientes, entre ellos el de las tensiones entre Pekín y la isla de Taiwán
Danielly Ramos, prof. del Instituto de Relaciones Internacionales de la U. de Brasilia, indicó que la postura de Lula no es nueva y que su principal objetivo es convertir a Brasil en un actor internacional “más activo”.
Pero el ideal de Lula choca con la coyuntura internacional, marcada por “una fragmentación económica global”, con el proteccionismo al alza y una creciente “polarización en materia de seguridad”, dijo Evan Medeiros, experto en relaciones EE.UU-China de la U. de Georgetown.