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Día de la Mujer: ¿cuál fue el primer país en conseguir el voto de mujeres en América Latina y cómo ocurrió?

Aunque la conquista del sufragio femenino supuso un primer e importante logro en materia de participación y representación, la realidad es que aún existen obstáculos para lograr la igualdad de género, eliminar estereotipos y combatir cualquier tipo de violencia por el hecho de ser mujer.

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Las mujeres pudieron votar por primera vez en todo América Latina en 1927. Foto: Universidad Provincial de Córdoba

Hace 96 años, se reconoció por primera vez el derecho a votar de las mujeres latinoamericanas. Y, aunque ahora es algo que damos por sentado, la realidad es que este fue el resultado de muchos años de lucha por conseguir igualdad política.

El sufragio femenino recién se desarrolló por primera vez en la historia hace 130 años, en Nueva Zelanda, el 19 de septiembre de 1893. Pasarían más de tres décadas para que este derecho llegase a América Latina tras su aprobación en el Reino Unido (1918) y Estados Unidos (1920), entre otros países.

A partir de ese primer logro en la región, vinieron muchas más conquistas en materia de participación política de las féminas. El derecho al voto consolidó el desarrollo y el surgimiento de organizaciones feministas que reclamaban la participación política de la mujer, así como la ampliación de los derechos civiles.

¿Cuál fue el primer país en conseguir el voto de las mujeres en América Latina?

El país latinoamericano con más organización feminista en las primeras décadas del siglo XX fue Argentina. Sin embargo, no fue aquí donde el derecho al voto de las mujeres se dio por primera vez.

El 3 de julio de 1927, hace 96 años, en Cerro Chato, una pequeña localidad de Uruguay, se llevó a cabo un plebiscito en el que se buscaba que los habitantes de esta localidad tomaran la decisión de ser anexados al departamento de Durazno.

Así, Uruguay se convirtió en el primer país de América Latina y el sexto en el mundo en permitir el derecho al voto de la mujer. Además, 11 años después de esta elección local, en 1932, las mujeres pudieron sufragar a nivel nacional.

Si bien este proceso no se realizó como tal en unos comicios de carácter político, ese plesbicito fue un referente mundial, ya que el decreto de la Corte uruguaya otorgó vía libre para que todos los habitantes, sin distinguir raza o género, pudieran inscribirse para votar y así conocer la voz de las mayorías. El evento histórico se desarrolló el primer domingo de julio de 1927.

Aunque en la Constitución uruguaya, reformada en 1917, la mujer tenía derecho a participar del voto popular, fue en el plebiscito de Cerro Chato que se ejerció este derecho por primera vez.

Como consecuencia de aquel momento histórico, el Parlamento uruguayo aprobó, cinco años después, en 1932, que las mujeres pudieran elegir y ser elegidas.

El derecho al voto femenino: un largo camino recorrido

En el marco de la conmemoración por el Día de la Mujer, vale la pena reflexionar sobre el avance de las féminas para conseguir espacios en la vida política y profesional, pues sabemos que, aunque se han logrado avances importantes, los obstáculos todavía son muchos.

El camino hacia el voto femenino fue tortuoso en muchos países y supuso una constante y dura lucha hacia la igualdad.

En esta conquista destacan los nombres de muchas sufragistas británicas como Emmeline Pankhurst, Emily Davison, Millicent Fawcett, Mary Richardson, Maud Watts y Annie Kenney; así como los de las estadounidenses Elizabeth Cady Stanton, Alice Stokes, Lucy Burns y Sojourner Truth, o la española Clara Campoamor, entre muchas otras.

También resalta la uruguaya Paulina Luisi en el caso de América Latina. En 1899, Luisi fue la primera mujer en Uruguay en obtener el título de bachiller y, en 1908, se convertiría en la primera en graduarse de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República como ginecóloga.

Fundo y editó la revista Acción Femenina y enseñó sobre salud y sexualidad. Igualmente, se involucró en política, siendo una de las fundadoras del Partido Socialista de Uruguay y creó los primeros dos sindicatos femeninos de ese país: la Unión de Telefonistas y de Costureras.

En América Latina, las mujeres pudieron votar en estas fechas:

  • 1927: Uruguay
  • 1929: Ecuador y Puerto Rico
  • 1932: Brasil
  • 1934: Cuba
  • 1939: El Salvador
  • 1942: República Dominicana
  • 1945: Panamá y Guatemala
  • 1947: Argentina y Venezuela
  • 1949: Chile y Costa Rica
  • 1952: Bolivia
  • 1953: México
  • 1955: Perú, Honduras, Nicaragua
  • 1957: Colombia
  • 1961: Paraguay.

La lucha de las mujeres para lograr sociedades más justas

Si bien el acceso de las mujeres al poder político y social en todo el mundo ha aumentado —por ejemplo, cuando en las elecciones peruanas del 2020 se aplicó por primera vez la cuota de género—, también crecen las situaciones de riesgo, violencia, acoso o amenazas de las que son objeto por las actividades que realizan en defensa de sus derechos y los de sus comunidades.

El empoderamiento femenino y las movilizaciones feministas actuales han tenido a su vez una reacción que ha puesto al movimiento, activistas y políticas en el punto de mira de las corrientes más reaccionarias y conservadoras.

Desde la acción política, las féminas son amenazadas, estigmatizadas y marginadas. En muchas sociedades, no se espera que las mujeres alcen su voz y desafíen al statu quo.

Según las Brigadas Internacionales de Paz (PBI), una ONG internacional que fomenta la no violencia y protege los derechos humanos en Colombia, Guatemala, México, Honduras y Nepal, las defensoras sufren de una presión y discriminación adicional por su género y porque le hacen frente a una discriminación y normas de comportamiento impuestas.

Las mujeres nativas y las mujeres en zonas rurales son quienes están más en riesgo. En el caso de Perú, organizaciones de mujeres indígenas y campesinas han denunciado en el último tiempo la violencia que han sufrido a raíz de las protestas que buscan la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.

Según Idea Internacional, el acoso político de género aún persiste. Asimismo, indican que, con base en estudios realizados a nivel nacional, en el Perú 3 de cada 10 candidatas afirman haber sufrido acoso por el hecho de ser mujeres durante su campaña política.