Familias separadas, miles de muertos y supervivencia sin recursos forman parte de la nueva realidad en Ucrania luego de que Rusia desatara una invasión a su territorio el 24 de febrero del 2022, hace casi un año.
“Esta es la primera guerra de conquista como una invasión a gran escala que hace un país a otro desde la Segunda Guerra Mundial. Sin lugar a duda, no le han salido las cosas como lo había pensado el señor Vladímir Putin y creo que su prestigio, que está en juego, ha empezado ya a desdibujarse”, sostuvo en entrevista a esta redacción el internacionalista Juan Velit.
Una mujer pasa junto a un cartel dedicado al Día del Defensor de la Patria en Moscú. Foto: AFP
Desde la invasión de febrero del año pasado, las repercusiones en Europa y América Latina también se han hecho sentir. El impacto en nuestra región no ha sido directo, pero sí se ve afectado por la crisis de la economía global, como el incremento en los precios del petróleo, el trigo y los cereales, que han influido directamente en el aumento de los costos locales para transporte y alimentos.
“En el caso de Europa Occidental, básicamente Alemania, las consecuencias han sido bastante negativas porque, a nivel energético, los costos para sustituir la energía que llegaba de Rusia han sido estratosféricos, ahora tiene que importar el gas cuatro o tres veces más caros desde Estados Unidos o de otras fuentes alternativas, como Qatar”, indicó el politólogo Alonso Cárdenas.
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Asimismo, aseguró que otras naciones de Europa también se han visto perjudicados por la subida del precio de la energía eléctrica, así como el alza masiva del número de refugiados ucranianos, “que se calcula en 6 millones de personas, que se han ubicado en países limítrofes”, afirmó.
Sin embargo, para Estados Unidos ha resultado diferente. “Hasta cierto punto se ha visto beneficiado por el conflicto porque está exportando más energía a un precio mucho más caro”, enfatizó.
Situación semejante al panorama argentino, en el caso de América Latina: “Argentina se ha visto beneficiada por el precio de los granos. Es casi un sustituto natural de las exportaciones que realizaba Ucrania y Rusia, básicamente de granos”.
Perú no ha sido ajeno a esta una coyuntura económica compleja. Cárdenas mencionó que la principal afectación para el territorio peruano tiene que ver con los fertilizantes.
“Rusia es el primer exportador mundial de fertilizantes. Aquí en Perú el 90% de los fertilizantes que utilizamos son importados y eso ha afectado mucho al país porque los precios se han incrementado”, manifestó. “Por la incompetencia también del Gobierno no ha sido posible importar fertilizantes”, agregó.
Para el politólogo Alonso Cárdenas, nuestra nación “está al mismo nivel en calidad democrática que Rusia”. Señaló que, según The Economist, Rusia no es una democracia propiamente dicha, sino un régimen híbrido, es decir, “tiene rasgos bastante autoritarios”.
“Irónicamente, el Perú está al mismo nivel en calidad democrática que Rusia. A nosotros también nos han degradado y ahora somos un régimen híbrido, con manifestaciones autoritarias”, declaró Cárdenas.
Policías ucranianos observan a los bomberos trabajando en una casa en llamas luego del bombardeo ruso en la ciudad de Kherson. Foto: AFP
La feroz resistencia ucraniana aleja cada día más el objetivo del presidente ruso, Vladímir Putin, en una guerra que se alarga a la par de la incertidumbre que genera.
De acuerdo con información de EFE, analistas occidentales creen que Ucrania prepara una nueva ofensiva para finales de la primavera o el verano, cuando ya habrá recibido buena parte del armamento pesado prometido por Occidente: vehículos blindados, tanques y algunos misiles de largo alcance.
“El señor Biden (mandatario estadounidense) se ha paseado por Kiev y ha hablado con Volodímir Zelenski como una muestra de respaldo categórico a las acciones de Ucrania (...) Esta actitud no solamente es un desafío al señor Vladímir Putin, sino también es, y tenemos que decirlo, una humillación. Al fin y al cabo, Biden es el comandante general del Ejército más poderoso del mundo”, puntualizó el internacionalista Velit.
Incluso, afirmó que, a un año de los acontecimientos, “se siente un alto nivel de deserción en el Ejército ruso. Los rusos no quieren ir a combatir a un país, ahora independiente, que ha sido parte de su territorio”, indicó.
Según el sondeo más reciente del Instituto de Sociología de Kiev, el 85% de los ucranianos rechaza conceder territorio a Rusia a cambio de la paz y solo el 8% dice lo contrario.
De igual forma, más del 95% cree en la victoria de Ucrania, conforme con una encuesta de diciembre del Instituto de Sociología de la Academia de Ciencias.
Mientras, Putin no contempla la derrota o la salida de la guerra debido a la total falta de iniciativa para las conversaciones de alto el fuego.
“Hace casi un año, cuando me entrevistaron, dije que la guerra va a durar más de dos años porque muchos creyeron que Rusia iba a avasallar a Ucrania y en unos meses la tendría dominada, pero, sin lugar a dudas, el apoyo que ha tenido Ucrania, especialmente de la OTAN, va a prolongar este conflicto más allá de lo esperado por Occidente, y de lo que consideraba Rusia (...) ya se ha enrumbado una guerra de desgaste, de quién aguanta más”, señaló finalmente Velit a este diario.