El relato de un adolescente de 17 años, que creía serían sus “últimos momentos” de vida, ha conmovido a miles en Turquía, país que, el último lunes 6 de febrero, fue azotado por dos terremotos. Taha Erdem se encontraba atrapado bajo los escombros de su casa cuando decidió grabar un video de despedida para sus familiares tras sentirse mal.
Taha y sus allegados dormían profundamente cuando el sismo de magnitud 7.8 sacudió Adiyaman, su ciudad natal, y los sepultó por completo. En medio del caos, él se despertó atrapado bajo toneladas de escombros debido a las olas de potentes réplicas que desplazaban los bloques de concreto y reduciendo su espacio entre el amasijo de hormigón y acero retorcido.
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“Creo que este es el último video que grabaré para ustedes”, dijo Taha desde el estrecho espacio, con el teléfono en su mano, mientras los sismos sacudían el edificio derrumbado.
“Todavía estamos temblando. La muerte, amigos míos, llega en el momento en que uno menos se lo espera”, dijo Taha antes de recitar una oración musulmana en árabe.
“Hay muchas cosas de las que me arrepiento. Que Dios me perdone todos mis pecados. Si salgo vivo de aquí, hoy hay muchas cosas que quiero hacer. Seguimos temblando, sí. No me tiembla la mano, es solo el terremoto”.
En su relato, el adolescente creía que su familia había muerto, y que él muy pronto se uniría a ellos. Sin embargo, dos horas después, unos vecinos lo sacaron de entre los escombros y lo llevaron a casa de una tía.
Sus padres y hermanos fueron rescatados 10 horas después del terremoto por ciudadanos que excavaron con sus propias manos los montículos de tierra. Actualmente, Taha y su familia viven en una tienda de campaña proporcionada por el Gobierno.
“Este es mi hogar”, dijo Zeliha, la madre de Taha, de 37 años, mientras observaba cómo las excavadoras desenterraban su antigua casa y la vertían en pesados camiones.
“Boom-boom-boom, el edificio se derrumbó piso a piso encima de nosotros”, recordó, describiendo cómo no paraba de gritar el nombre de su hijo mientras estaba atrapada bajo los escombros con la esperanza de que los cinco pudieran morir juntos como una familia.
El último balance oficial del sismo de magnitud 7.8, que afectó a Turquía y Siria el 6 de febrero a las 04H00 de la mañana (01H00 GMT), supera los 46.000 muertos.