En Ecuador, un hombre está convencido de que su cambio de género a femenino le ayuda a obtener más fácilmente la custodia de sus hijas. Hace casi dos años que no ve a ninguna de las dos y, en vista de su situación, tomó la desesperada decisión de identificarse legalmente con su género opuesto.
El hombre, identificado con el nombre de René Salinas Ramos, afirma que sus dos niñas no viven con él y que las ve esporádicamente. Asimismo, a pesar de estar seguro de su sexualidad, tomó esta decisión para luchar con el sistema legal, el que, desde su parecer y a pesar de las diferentes circunstancias, la ley ha priorizado el cuidado de las pequeñas a la progenitora.
La razón por la que ha solicitado la custodia de las menores es porque a la primera no la vio durante más de un año y medio, y la segunda —denuncia— “sufre maltratos físicos constantes”.
Ante ello, la respuesta de la Junta Cantonal de Protección de Derechos ha sido directa: “Mientras esto no se resuelva, tienen que estar con su mamá”.
Esto ha hecho que la disputa que ha empezado Salinas no sea contra alguien en particular, sino más bien contra las autoridades que muchas veces consideran que el cuidado debe estar en manos de la madre. Por ello, desde que se ha cambiado de sexo, Salinas pide que le llamen “madre”.
“El fin de todo esto es hacer conciencia en la sociedad para que se busque el bien de los niños, porque las leyes consideran al varón un proveedor”, resalta el ecuatoriano.