Hace 4 años, Corea del Sur recordó con indignación y rabia a Cho Doo-soon, quien en 2008 abusó sexualmente de una menor de 8 años en la ciudad de Ansan. Tras 12 años en la cárcel, el hombre fue puesto en libertad ya que la justicia redujo su condena por haber estado ebrio en el momento de los hechos.
A raíz de la decisión del Poder Judicial, una ola de manifestaciones e intentos de ataques contra Doo-soon mostraron el repudio de la sociedad surcoreana hacia los agresores sexuales, sobre todo ante este tipo de casos: el culpable ya había sido enjuiciados por crímenes similares y tras su liberación fue ubicado en la misma calle donde vivía la víctima.
Corea del Sur vivió fuertes protestas tras liberación de Cho Doo- Soo. Foto: Yonhap
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La mañana del 12 de diciembre de 2008, la pequeña Na-Young (seudónimo que se le dio para proteger su identidad) de 8 años salió de su casa rumbo a su escuela como cualquier otro día. Debido a la costumbre, la tranquilidad que se vivía en su ciudad y la cercanía del centro educativo a su vivienda, acudía sin compañía de sus padres.
Todo marchaba con normalidad; sin embargo, al pasar por la iglesia que estaba cerca de su colegio, la menor fue interceptada por un Cho Doo-soon, quien comenzó hacerle preguntas que la incomodaron. Por ello, la menor buscó zafarse de su paso, pero el hombre la cogió por la fuerza del brazo y la ingresó al baño del templo.
Cho Doo- Soo intercepto a la menor cuando ella acudía a la escuela. Foto: referencia/Koreaboo
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El hombre abusó sexualmente de Na-Young, a quien además golpeó, estranguló y ahogó. Tras culminar con su abominable abuso, Cho cogió un trapo para limpiar la sangre del baño, dejó el grifo del lavamanos abierto y salió de la iglesia pensado que había acabado con su vida.
A pesar del nivel de violencia a la que fue sometida, Na-Young logró pedir ayuda a un transeúnte, quien llamó a Emergencias de inmediato. Tras ser trasladada al hospital, los médicos se mostraron sorprendidos por cómo aún seguía con vida, ya que el daño había sido de tal magnitud que la menor presentaba hemorragias internas.
Imagen de Cho Doo Soon difundida por los medios tras la violación. Foto: Koreaboo
La menor tuvo que pasar por una primera cirugía de ocho horas para que pudieran salvarle la vida. Según denunció el medio surcoreano Korea Jong and Daily, el 80% de sus órganos y extremidades inferiores dejaron de ser funcionales por un tiempo.
Este hecho afectó también a los padres de Na-Young. Su madre, quien se encontraba embarazada de 5 meses, sufrió debido al estrés una hemorragia vaginal y fue ingresada en reposo, mientras que su padre contó tiempo después que se sentía culpable por no haber podido proteger a su hija.
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Se firmaron varias peticiones para no liberar a Cho Doo- Soo. Foto: Yonhap
La Policía empezó la investigación acudiendo a la escena del crimen, donde halló las huellas que les permitió responsabilizar Cho Doo-soon, de entonces 56 años, de la agresión sexual. Asimismo, se halló en los zapatos y ropa del hombre la sangre de la víctima.
Luego de tres días de sucedido el crimen, Doo-soon fue capturado. El sujeto negó las acusaciones a pesar de que se hallaron en las cámaras de seguridad del lugar imágenes de cómo secuestraba a la menor. A esto se le sumó que ya contaba en el pasado con 17 cargos por agresión sexual y había cumplido en 1980 una condena de 3 años por violación.
Choo Doo-Soon sólo recibió 12 años de prisión ya que estaba en estado de ebriedad cuando violó a la menor, un atenuante en Corea del Sur. Foto: Yonhap
Con el inicio de las investigaciones de la Fiscalía y el juicio, también comenzó una serie de actos en las que se revictimizó a Na-Young, pues se la sometió a interrogatorios a pocos días de sucedido el crimen y de sus cirugías, así como a tener que contar repetidas veces lo ocurrido debido a que habían cometido errores al grabar sus declaraciones. No conformes con ello, hicieron que testifique en frente de todo el público de la sala.
Los fiscales solicitaron al tribunal la pena de cadena perpetua, mientras que debido a la atención que captó el caso, más de 400.000 surcoreanos firmaron una petición hacia el Gobierno para solicitar la pena de muerte. Cho Doo-soon fue sentenciado en un principio a la máxima pena, pero luego de que la menor señalara que el delincuente olía a alcohol su condena se redujo a solo 12 años de prisión, ya que “no estaba en su sano juicio mientras cometía el delito”.
Cho Doo-soon en prisión. Foto: Koreaboo
A pesar de las protestas y apelaciones, la Corte Suprema de Corea del Sur confirmó la pena de 12 años en 2009. En 2011, el Gobierno pagó a la familia de la víctima unos 13 millones de wons en compensación por los excesos cometidos por la Fiscalía.
Cho Doo-soon salió de prisión el 12 de diciembre de 2020, en medio de peticiones en línea y protestas en Corea del Sur . Incluso, un grupo de manifestantes se estableció afuera de su domicilio para exigir que le den un castigo más severo. Algunos le aventaron huevos y patearon el vehículo que lo llevaría nuevamente a Ansan, muy cerca de donde su víctima vivía, por lo que la familia tuvo que ser reubicada en otra ciudad.
Esto afectó a la menor, ya que no quería dejar a sus amigos más cercanos. “No queríamos huir, pero no teníamos otra opción. También quería enviar un mensaje de que el Gobierno no hizo nada más que obligar a la víctima a esconderse”, declaró el padre de Na-Young a BBC ese año.
Ante las constantes quejas, la Policía de Ansan afirmó que un oficial de libertad condicional vigilaría a Cho las 24 horas del día durante los 7 días de la semana a través del monitoreo de su tobillera electrónica, que debe usar durante 7 años más. Así mismo, se instalaron cámaras de vigilancia y cabinas policiales cerca de su residencia.
En 2021, un hombre intentó acabar con la vida de Doo-soon haciéndose pasar por un policía y golpeándolo con un martillo. Sin embargo, su esposa alertó a las autoridades y el abusador solo resultó con algunas heridas, por lo que fue dado de alta un par de días después.
Cho Doo-soon fue puesto en libertad en diciembre de 2020. Foto: Korea Times file
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El caso de Cho Doo-soon impulsó varias iniciativas de ley que pretendían enviarlo a un nuevo sitio de reclusión para evitar su reinserción a la sociedad. Estas no se aceptaron debido a la oposición de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Corea (NHRCK), que indicó que dicha solicitud era una violación de derechos humanos contra el recluso.
Se firmaron varias peticiones para no liberar a Cho Doo- Soo. Foto: Yonhap
Por otro lado, sí se aprobó divulgar públicamente la información personal de todo agresor sexual, incluida su dirección. A ello se sumó la prohibición para ellos de visitar sitios frecuentados por menores, como las escuelas.
Sin embargo, uno de los puntos más criticados fue que a pesar de los esfuerzos por eliminar el estado de ebriedad como una atenuante de las condenas contra crímenes sexuales, no se ha conseguido quitar aún este punto.
Necesitó ocho meses de tratamiento y tuvo que viajar a Seúl todos los fines de semana. Quedó con daños permanentes en el vientre bajo y se le dijo que quedaría incapacitada permanentemente. Sufrió depresión y estrés mental tras el ataque, pero después se recuperó hasta un 70%.
Además, la sobreviviente pudo retornar a la escuela y su padre aseguró, durante una entrevista con los medios, que solo mira dibujos animados en la televisión desde el año 2020, ya que desea evitar las noticias y tener que enterarse de casos de violencia.