Santiago. EFE
Favorecido junto con otras 12 personas sentenciadas por delitos ocurridos durante las protestas del 2019, Jorge Mateluna ha protagonizado episodios anteriores de la Justicia chilena: tras ser detenido en 1992 y condenado a cadena perpetua por asociación ilícita terrorista, entre otras imputaciones, se acogió a la ley de indulto para exsubversivos durante el gobierno de Ricardo Lagos y en 2004 recuperó la libertad tras más de una década tras las rejas.
Con tan solo 12 años, Mateluna ingresó a las Juventudes Comunistas (JJCC) en 1986, año de alta convulsión política en un país golpeado por la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet (1973-1990) y donde, en uno de los actos más recordados de la década, un comando del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FMPR) intentaría liquidar al dictador a las afueras de Santiago.
Más adelante, Mateluna ingresó a las filas del FMPR en tiempos en que la estructura de la organización armada presentaba sus primeras escisiones y se desvinculaba al Partido Comunista, iniciando operaciones autónomas como asaltos bancarios y secuestros en plena transición a la democracia a inicios de la década de 1990. A los 18 años resultó detenido y sufrió supuestas torturas, para luego caer nuevamente en manos de las autoridades y ser condenado por formación y pertenencia a grupos armados de combate, asociación ilícita terrorista, atentados y robo con intimidación a cadena perpetua.
Desde el primer momento, Mateluna y su defensa alegaron “injusticia”, además de apuntar a una serie de errores en el proceso que lo condenó a 16 años de cárcel. El exfrentista resultó detenido por Carabineros a dos kilómetros del atraco ocurrido el 17 de junio del 2013, sindicado como uno de los responsables en un juicio que duró un año.
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El 61% de la población chilena desaprueba la gestión del actual Gobierno progresista, 11 puntos más que hace 6 meses, mientras que el presidente Gabriel Boric se sitúa como el cuarto político peor valorado, según una encuesta publicada por el Centro de Estudios Públicos (CEP). La opinión de los chilenos respecto a la economía marca el peor dato histórico: el 63% de los encuestados piensa que la situación económica es mala o muy mala.