Río de Janeiro. EFE
La deforestación de la Amazonía brasileña aumentó casi un 60 % durante el Gobierno de Jair Bolsonaro, una fatídica herencia para Luiz Inácio Lula da Silva, que asume el domingo con el reto de frenar la devastación para evitar una catástrofe para el planeta.
Durante el cuatrienio del líder ultraderechista (2019-2022), que defiende la explotación de recursos naturales en la Amazonía, incluso en reservas indígenas, donde es prohibido por ley, el promedio de área devastada fue de 11.396 kilómetros cuadrados al año, un 59,5 % más que en los cuatro años anteriores.
La deforestación ya venía en aumento en el país, pero con Bolsonaro se disparó a niveles que no se veían en 15 años y más que duplicó la mínima histórica de 4.571 kilómetros cuadrados reportados en 2012, según los datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales.
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Expertos consultados por EFE coinciden en afirmar que mucho tuvieron que ver los recortes financieros y de personal realizados en los órganos de control ambiental sumados a normas que -con la venia del líder ultraderechista- incentivaron actividades como la minería ilegal y el comercio ilícito de madera.
Lula da Silva perdió un dedo de la mano izquierda cuando tenía 17 años. Foto: composición de Fabrizio Oviedo/LR/El País/Freepik
La Amazonía concentra el 97,3 % de toda la minería ilegal de Brasil, principalmente de extracción de oro. De las 103 toneladas de oro que exportó Brasil en 2021, más de la mitad era ilegal y su extracción se hizo principalmente en territorios indígenas, que registraron un salto de 442 % entre 2020 y 2021, según el Instituto Escolhas.
Los expertos señalan que la situación actual de la Amazonía es “crítica”, pero están esperanzados con la promesa de Lula de poner un freno a la destrucción.
El exsindicalista, que asumirá por tercera vez la jefatura de Estado, tras gobernar a Brasil entre 2003 y 2010, logró reducir la deforestación en casi un 70 % al término de su segunda gestión.
“Si Bolsonaro hubiera continuado en el poder correríamos el riesgo de perder la Amazonía tal y como la conocemos hoy”, aseguró Márcio Astrini, director del Observatorio del Clima.
Invasiones. Según Leonardo Sobras, gerente forestal del Instituto de Manejo y Certificación Forestal y Agrícola, la explotación predatoria está relacionada con la especulación de tierras, que pierden valor cuando empiezan a ser devastadas y terminan en cultivos o pastizales.