Jacob Sánchez. EFE
El accidente que mantiene a 10 mineros mexicanos atrapados en un pozo desde hace una semana en el norte del país reactiva el debate sobre la negligencia de las minas en la zona carbonífera que ya ha sido explotada por más de 30 años y que ha dejado más de un centenar de muertes.
Las autoridades aún confiaban en ingresar este jueves al sitio donde el miércoles de la semana pasada colapsó la mina en el municipio de Sabinas, estado de Coahuila, y de la que solo 5 trabajadores lograron salir tras una inundación de agua.
Cristina Auerbach, directora de la organización Familia Pasta de Conchos, que representa a víctimas del accidente que dejó más de 60 fallecidos en esa mina en 2006, comentó a Efe que “estas minas no cumplen con las condiciones de seguridad e higiene”.
De acuerdo con el Servicio Geológico Mexicano (SGM), el estado de Coahuila es el productor número uno de carbón en el país, con más del 90% de la participación nacional.
El accidente recuerda los trágicos eventos de los últimos años. Por su cercanía a la zona, ahora se recuerda el derrumbe de la mina Pasta de Conchos, en 2006, donde murieron más de 60 mineros y sus cuerpos no fueron rescatados, presuntamente por iniciativa de la compañía explotadora Altos Hornos de México.
De acuerdo con la organización Familia Pasta de Conchos, se han registrado más de 100 muertes de personas dedicadas a la minería en esta zona de carbón desde entonces.