Hace 12 años el mundo fue testigo de unas de las historias más estremecedoras y que involucra a la vida humana. El 5 de agosto de 2010, al menos 32 mineros chilenos y un boliviano quedaron atrapados en la mina San José, ubicada al norte de Chile.
El rescate ocurrió 69 días después. La vida de los 33 hombres y sus familiares no volvió a ser igual desde ese día. “Despierto. Duermo poco. A veces me veo en la mina, tirado en el lugar donde estaba. Eso te pone mal”, comentó Jorge Galleguillos a la BBC en 2020.
PUEDES VER: Gobierno de Gustavo Petro propone ley para que los ricos paguen más impuestos en Colombia
Otros compañeros como Omar Reygadas y Mario Sepúlveda confesaron que les pasa algo parecido. “A veces me da miedo ir a acostarme, siento que no voy a despertar más”, dice Sepúlveda, tal vez el más histriónico de la treintena.
Sobre José Ojeda, el autor del mítico mensaje “estamos bien los 33 en el refugio”, se dice que padece una diabetes avanzada y enormes problemas psicológicos. En la actualidad no trabaja.
Todos los mineros deben sobrevivir con una pensión vitalicia que el Estado les entregó. El monto asignado es un salario mínimo, que es 400.000 pesos chilenos (441 dólares). Para muchos de ellos ha sido una ardua labor conseguir trabajo, incluso viven alejados de las faenas mineras.
“Los dueños o los gerentes de las empresas piensan que nosotros —los 33— vamos a ser una molestia, una pulga en la oreja por el tema de la seguridad, porque si no se cumplen las medidas, tenemos llegada con los medios de comunicación, con las autoridades… entonces eso nos juega en contra”, explicó Omar Reygadas, quien trabaja como conductor, trasladando autos de una ciudad a otra junto a su amigo, también miembro de los 33, Franklin Lobos.
Una película y hasta un libro cuentan la historia de los 33 que le dio la vuelta al mundo; sin embargo, no todo ha sido fácil para ellos. No obstante, en 2011, 31 de los 33 mineros demandaron al Estado de Chile por su responsabilidad en el derrumbe, acusando de negligencia al Sernageomin, la inspección del trabajo y el Servicio de Salud, todos involucrados en los permisos para el funcionamiento de la mina.
Para el 24 de agosto de 2018 el Noveno juzgado civil de Santiago resolvió a su favor. De acuerdo a la BBC, la indemnización sería por 80 millones de pesos para cada uno. Hasta ahora, los mineros no han logrado realmente ganar la batalla.
Otro de los sobrevivientes como Jorge Galleguillos, de 68 años, prefirió dedicarse a la tarea de preservar la historia vivida en el “Campamento Esperanza” y en la mina. Con la pandemia de COVID-19 tuvo que dejar de ser guía del lugar donde sucedió el accidente.
“Nunca me desconecté de la mina. Siempre estuve presente. Aunque nos llevaban a viajar por el mundo yo volvía igual un par de veces a la semana”, contó.
Un grupo de 33 mineros quedaron atrapados a unos 720 metros de profundidad durante 69 días. Todo ocurrió el 5 de agosto de 2010 y las labores de rescata iniciaron 8 horas después del accidente.
El domingo 22 de agosto, 17 días después del accidente, los mineros fueron encontrados con vida, con considerables síntomas de desnutrición. Todo un grupo de rescata que involucró a diferentes sectores hicieron las tareas para abrir un pozo suficientemente ancho para poder enviar una cápsula de rescate hasta el refugio.
Los sobrevivientes fueron alimentados y monitoreados a través de la perforación inicial. Ellos se comunicaban con los familiares que se habían instalado en un asentamiento conocido como Campamento Esperanza.
El rescate de los mineros en la cápsula Fénix en 2010 fue seguido por espectadores de todo el mundo. Foto: BBC
Se construyeron 3 cápsulas para el rescate de los hombre llamadas Fénix. A la medianoche del miércoles 13 de octubre descendió y 10 minutos después se logró traer a la superficie al primer minero. El ritmo para traer a cada uno de los sobrevivientes a la superficie fue de casi una hora.
Es considerado el mayor exitoso rescate de la historia de la minería a nivel mundial. Se trató de uno de los eventos de mayor cobertura mundial con hasta 1300 millones de telespectadores.
“Ojalá nunca hubiese ocurrido el accidente, para haber seguido trabajando, tranquilo, recibiendo nuestro sueldo, en lo que a nosotros nos gusta…”, confesó Omar Raygadas, uno de los 33 sobrevivientes.