Hace casi un año, Pedro Castillo logró vencer el continuismo político que significaba la llegada al poder de Keiko Fujimori en Perú. Debido a la hazaña, la izquierda latinoamericana celebró el histórico triunfo, ya que se trataba del ascenso de un maestro rural que había encabezado una de las más grandes movilizaciones del país en busca de la equidad social.
La lengua materna de Castillo ni siquiera era el castellano, sino el quechua, la de los indígenas del Perú, detalló el portal Revista Semana. El izquierdista llegó a votar montando a caballo y afirmaba que si llegaba al poder no recibiría el sueldo y se bajaría a la mitad el de todos sus ministros.
“Tras el triunfo, sin ninguna experiencia en el poder, comenzó a gobernar. Mientras tanto, millones de peruanos que no lo habían acompañado en las urnas temían que Perú tomara el rumbo de la Venezuela de (Nicolás) Maduro o de la Bolivia de Evo Morales con persecución a la inversión privada, la banca, las concesiones mineras y una búsqueda constante por nacionalizar la economía”, reseñó el medio colombiano.
De acuerdo a Revista Semana, después de 11 meses de su gestión, en Perú reina el caos. La política peruana entró en crisis cuando el jueves pasado el Congreso pidió acusarlo formalmente por corrupción. “La Comisión de Fiscalización y Contraloría propone a la Comisión Permanente del Congreso que al amparo de los artículos 99 y 100 de la Constitución formule Acusación Constitucional ante el Pleno contra el Presidente José Pedro Castillo Terrones”, sostuvo el equipo de trabajo a cargo de las investigaciones.
El motivo sería, a juicio de este grupo, “la presunta comisión del delito de organización criminal y negociación incompatible o aprovechamiento indebido del cargo”. La situación tiene que ver con un consorcio que se creó para levantar un puente, el Tarata III.
“Se cree que en este proceso se integró una red criminal que buscaba favorecer a uno de los contratistas. La justicia ya está investigando a un exministro de Transportes, seis legisladores, un exsecretario general de la Presidencia y dos sobrinos de Castillo. El cerco judicial ha recogido ya tantas evidencias que el ministro en cuestión, Juan Silva, se voló”, relató la revista.
“En Perú no es atípico que un proceso de este tipo saque a un presidente", reseñó Revista Semana. Foto: captura web
Según recogió el sitio web del mencionado medio, días antes de que el Poder Judicial dictara su detención preliminar por 15 días, las evidencias que iban apareciendo en su contra permitían predecir que era solo cuestión de tiempo para que las autoridades solicitasen su arresto. Por otra parte, el exsecretario general de la Presidencia Bruno Pacheco y Fray Vásquez, sobrino del jefe de Estado, huyeron.
Para Revisa Semana, se anticipa que en el Congreso a Pedro Castillo no le irá bien. El jueves ganó la moción de censura contra el ministro del Interior, Dimitro Semache, precisamente por la fuga de Silva. Así se han gestionado ya siete solicitudes de esta naturaleza, que produjeron la salida de cuatro integrantes del gabinete.
Los juristas peruanos aseveraron que el mandatario está excediendo en su defensa y está poniendo la capacidad del Estado a su servicio. Así lo comentó, por ejemplo, José Ugaz, un exprocurador. El Gobierno intenta sacar adelante una “ley mordaza” que busca penalizar a quienes hagan filtraciones judiciales, incluidas las de su expediente.
“En Perú no es atípico que un proceso de este tipo saque a un presidente. Los parlamentarios ya lograron esa misión con Pedro Pablo Kuczynski en 2018 y Martín Vizcarra en 2020. Cuando esta acusación llegue a la plenaria, sería la tercera vez que lo intentan con Castillo en apenas 11 meses de mandato. Castillo está en una verdadera encrucijada. Ni siquiera su partido político lo respalda”, describió la plataforma de Semana.