En medio de ovaciones, los magistrados del Consejo Nacional Electoral (CNE) y el registrador Alexander Vega le entregaron a Petro el documento que lo acredita como presidente a partir del 7 de agosto por un periodo de cuatro años.
De acuerdo con Vega, el conteo oficial determinó que el senador y exguerrillero de 62 años obtuvo casi 11,3 millones de votos, 700.000 más que el millonario independiente Rodolfo Hernández.
Acompañado por su vicepresidenta, la abogada ambientalista Francia Márquez, Petro celebró el inicio de “la era del cambio en Colombia”, por lo que invitó a las fuerzas políticas y a los ciudadanos a dialogar para llegar a un “gran acuerdo nacional”.
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Es necesario “acabar la violencia” y reducir “los altos niveles de injusticia social” y “los niveles inmensos de degradación de la naturaleza”, añadió sonriente.
Con una promesa de cambio, Petro se convirtió en el primer presidente izquierdista de un país gobernado por las élites conservadoras que, junto a parte de los empresarios y los militares, miran con recelo su ascenso.
Minutos después de recibir la credencial, el presidente electo se reunió con el mandatario saliente Ivan Duque para afinar el empalme.
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En su primera conversación formal tras las elecciones, ambos aparecieron alegres en una fotografía compartida a los medios por la Presidencia.
Un día después de los comicios, Duque (2018-2022) aseguró que garantizará una transición “pacífica” y “transparente” con el Gobierno del que fue su férreo opositor durante los últimos cuatro años.
Petro asumirá un país en empobrecido, con un déficit fiscal y castigado por la violencia que no se extinguió pese al acuerdo de paz de 2016, problemas de los que acusa en buena medida a su predecesor.