La profesora de arte Emma Wrigth, de 41 años, fue despedida del colegio Northamptonshire, en Inglaterra, debido a que permitió que sus estudiantes, algunos menores a 16 años, se tomaran fotografías desnudos para un proyecto de clase.
Según la Agencia de Regulación de la Enseñanza británica, los escolares se tomaron fotografías sosteniendo bebidas alcohólicas, en ropa interior o usando las manos para cubrirse los senos. Asimismo, en otras tomas se mostraban haciendo gestos presuntamente ofensivos con las manos mientras vestían el uniforme escolar, fumando, y algunos hasta posaban con trajes de baño.
Wright fue denunciada por la entidad en el año 2018, cuando el director de arte y diseño de la institución encontró el portafolio de trabajo de los adolescentes.
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Ella dijo que no consideraba que el trabajo del artista fuera de índole sexual, pero aceptó que debió haber comunicado a sus alumnos que ese tipo de fotografías no eran apropiadas.
El responsable de la toma de decisiones, Alan Meyrick, determinó que Wright había cometido una infracción grave frente a los estándares de enseñanza profesional y las reglas de protección del bienestar de los alumnos.
“La señora Wright informó al panel que les había dicho a los alumnos que no esperaba que estuvieran desnudos, sino que usaran el brazo, la cara o algo así. Durante su testimonio, la señora Wright afirmó que el arte es un proceso”, se lee en el reporte del caso.
“Si bien el panel estaba satisfecho de que había un bajo riesgo de repetición, no encontró que la señora Wright hubiera reflexionado completamente sobre las implicaciones de permitir que los alumnos tomen fotografías de ellos mismos o de otros en estado de desnudez”, comentó Meyrick.
Finalmente, Meyrick y el resto del plantel determinaron que la señora Wright habría visto las fotografías que habían producido los alumnos antes de que se produjera “la obra de arte final”. Además, prohibieron a la maestra volver a enseñar en las escuelas porque encontraron que no evaluó correctamente “el riesgo de daño a los alumnos” y que alejarla de los salones era una forma de “mantener la confianza en la profesión”, informaron a los medios locales.