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Hombre tuvo su pene en el brazo por 6 años y médicos lo colocan en el lugar correcto

Debido a una infección, perdió su miembro en el 2014, pero los médicos lograron reponerlo y ahora se siente “como un hombre de verdad otra vez”.

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La pandemia de la COVID-19 retrasó la cirugía de "reposición" del miembro alojado en su brazo. Foto: Louis Wood/News Group Newspaper

Malcom MacDonald, un hombre de 47 años de edad, vivió una historia angustiante que, en la actualidad, gracias a un equipo médico, ha desencadenado en un buen final.

El padre de familia se atrevió a contar al medio The Sun cómo fue la terrible experiencia de tener una grave infección que desembocó en la pérdida de su órgano viril.

“Luché durante años contra una infección en el perineo, pero no tenía idea de lo que podría pasar”, reveló.

El mecánico de profesión que reside en Norfolk, Reino Unido, sufrió de este mal que hacía que los dedos de sus manos y pies, y su pene se volvieran negros, como una especie de necrosis.

“Cuando vi que mi pene se ponía negro, me asusté mucho. Fue como una película de terror. Estaba en pánico. Sabía que en el fondo lo había perdido”, relató MacDonald.

Malcom MacDonald perdió su pene por una fuerte infección. Foto: Louis Wood/News Group Newspaper

Fue en año 2014 cuando su miembro cayó al suelo y él, asustado, simplemente lo recogió y tiró a la basura. Una vez en el hospital, los médicos le informaron que podían “enrollar el muñón restante y que quedará como un pequeño rollo de salchicha”.

Este suceso le cambió la vida. Se sumió en una depresión que lo llevó a recurrir al alcohol en exceso y a alejarse de las personas que siempre lo frecuentaban.

“Durante dos años, me sentí como la sombra de un hombre. Mi vida realmente se vino abajo porque no tenía confianza en mí mismo. Tomé mucho. No vi a familiares y amigos, simplemente no quería tener que enfrentarlo”, comentó el hombre.

Cuando por fin quiso enmendar su vida, escuchó sobre un profesor de la Universidad de Londres, apodado ‘El maestro del pene’. Tras conocerlo, el docente le dijo que podía practicarle un injerto en el brazo, el cual tendría que llevar por varios años hasta que decidieran ponerlo en su lugar.

Los especialistas comenzaron con los estudios y emplearon su brazo para conectar vasos sanguíneos y nervios. Esto les sirvió para crear un pene con uretra incluida.

Como si fuera poco, el miembro falso llevaba dos tubos que podían ser inflados manualmente para crear el aspecto de una erección de hasta cinco centímetros.

El implante de este cuerpo en su brazo fue necesario para que se formara la piel y el tejido de la forma más natural posible. La formación del revestimiento del pene duraría mínimo dos años.

“Cuando lo vi en mi brazo, por primera vez, estaba muy, muy orgulloso. Después de todo lo que había pasado, no me pareció extraño, pero era una parte de mí”, dijo.

Debido a la pandemia de la COVID-19, Malcom tuvo que esperar por su cirugía de “reinstalación”. Y cuando por fin fue sometido a intervención quirúrgica, durante nueve horas, tuvo su pene de 15 centímetros en el lugar correspondiente.

“Lo primero que hice fue mirar hacia abajo y dije: ‘Oh, por Dios’. Lo consiguieron esta vez. Me siento como un hombre de verdad nuevamente”, recordó con emoción.

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