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Justicia de EE. UU. libera a hombre que pasó 32 años preso por un asesinato que no cometió

Thomas Raynard James, quien estuvo en la cárcel desde 1991, salió libre tras la decisión de un juez. “Vamos a deshacer lo que es la condena injusta de un hombre inocente”, expresó una fiscal estadounidense.

larepublica.pe
Para Thomas Raynard James acabó así un largo camino de apelaciones rechazadas y entrevistas a los medios en las que defendía que él no era el asesino de Francis McKinnon. Foto: La Unión

Thomas Raynard James, de 55 años, salió en libertad este miércoles 27 de abril luego de que un juez de Miami-Dade anulara la condena a cadena perpetua que se le impuso en 1991 tras el pedido que en ese sentido hizo la oficina de la Fiscalía estatal de este condado en Florida (Estados Unidos).

Poco antes de la decisión del juez, Katherine Fernández Rundle, fiscal estatal del Undécimo Circuito Judicial de Florida, dio a conocer en rueda de prensa que pedirían la anulación del juicio por tratarse de un caso de “identidad equivocada”.

“Vamos a deshacer lo que es la condena injusta de un hombre inocente. Hoy estamos deshaciendo una injusticia que fue un error no intencional. Vamos a pedirle a la corte, a nuestra corte de justicia, que le dé al señor James la libertad que se merece”, dijo la autoridad acompañada de James —en ese momento aún con su uniforme de preso y esposado— y sus familiares.

“El mundo”, respondió James —ya sin el uniforme rojo y vestido de civil— a los reporteros que le preguntaron qué es lo siguiente ahora que era un hombre libre a su salida de las oficinas de la fiscalía, como recogió el diario Miami Herald.

Para él acababa así un largo camino de apelaciones rechazadas y entrevistas a los medios en las que defendía que él no era el asesino de Francis McKinnon.

El anuncio de Fernández Rundle se dio luego de que su oficina reabriera este caso el año pasado y concluyera que el hombre de ahora de 55 años, de los cuales 32 los pasó en prisión, no fue quien mató a McKinnon durante el asalto a una vivienda en el sur de Miami en enero de 1990.

En todo el proceso judicial no hubo ni una sola prueba física que incriminará a James y el fallo de culpabilidad que le supondría la cadena perpetua se basó principalmente en una testigo clave, Dorothy Walton, la hijastra de la víctima, presente durante el hecho y quien identificó al hombre entre un grupo de fotos que le presentaron los agentes.

La mujer, no obstante, con los años rectificó y, como declaró al canal local NBC 6, señaló que el autor del disparo mortal no era James.

El hombre, en ese entonces de 23 años, había sido detenido poco después del asesinato por otro suceso no relacionado al caso y mientras se hallaba en custodia fue acusado del homicidio.

El día de los hechos, un par de sujetos entraron a la vivienda en Coral Gables donde vivían Francis McKinnon y Ethra McKinnon para encañonar a los ocupantes.

Cuando McKinnon, un veterano de la Guerra de Vietnam que sufría de estrés postraumático y en ese momento se encontraba en una habitación, oyó ruidos salió armado a enfrentar a los intrusos, pero uno de los asaltantes disparó primero y acabó con su vida. Luego huyeron de la escena.

De acuerdo con el reporte policial, los oficiales recibieron pistas sobre un tal Thomas “Dog Williams” James, residente del barrio de Coconut Grove, como sospechoso del crimen.

La Policía detuvo a Thomas Raynard James, aunque durante la investigación no se halló correspondencia entre sus huellas y las que se ubicaron en la vivienda.

El detenido siempre defendió su inocencia y aseguró que se trataba de un caso de “identidad equivocada”.

En la corte, los familiares de McKinnon no se mostraron hoy conformes con la decisión del juez, como informan medios locales.

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