Chile anunció antes de Navidad que aplicará una cuarta dosis de la vacuna contra la COVID-19 a partir de febrero, con lo cual se unió a una lista exclusiva de países que han apostado por la dosis de refuerzo ante la expansión y contagiosidad de la variante ómicron del coronavirus.
Este lunes 27 de diciembre, un hospital en Israel comenzó a administrar una cuarta dosis a su personal sanitario y se espera que también la reciban personas mayores de 60 años omo parte de una prueba para una futura campaña de refuerzo de la inmunización.
Con la administración de una cuarta dosis se evaluará el posible aumento de anticuerpos, la aparición de efectos secundarios y si se reduce o no el riesgo de infección, comentó Gili Regev-Yochay, directora del departamento de enfermedades infecciosas del hospital de Sheba, citada por la agencia AFP.
Asimismo, en México, el personal de salud ya recibe desde esta jornada la dosis de refuerzo pese a que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se resistía a autorizarla.
Más al Caribe, hasta un millón de personas en Cuba han recibido la vacuna de refuerzo contra la COVID-19, informó en la víspera el presidente Miguel Díaz-Canel en su cuenta verificada de Twitter.
“Con el visto bueno de nuestros científicos, hemos decidido acelerar la vacunación de refuerzo ante la amenaza de la variante ómicron. Ya más de un millón de cubanos recibió esa otra dosis y seguiremos avanzando. El 85,6% de nuestra población tiene su esquema completo”, apuntó Díaz-Canel.
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Un panorama que parece de otro planeta si se compara con lo que sucede en África. Por ejemplo, más de 4,1 millones de personas han recibido tres dosis en Israel, que tiene casi 9,3 millones de habitantes. En Chad (16,43 millones de población), solo 80.663 han completado la vacunación contra la COVID-19.
Así lo consignó Our World in Data, proyecto de la Universidad de Oxford, en el cual se plasma la gran diferencia entre naciones como Emiratos Árabes Unidos (90,7% de su población totalmente inmunizada) y Nigeria (2% de personas con todas las dosis).
Rafael Vilasanjuan, quien participa en el comité ejecutivo de GAVI, organización internacional que tiene como objetivo mejorar el acceso a las vacunas en los países en desarrollo, puntualizó a este diario que se trata de un “doble problema” en la lucha contra la pandemia.
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“El problema es doble: por un lado, aquellos países que no han recibido ahora mismo tienen una capacidad de dosis, pero no es suficiente porque le están llegando de muy diversos tipos, entre donaciones de países directas, donaciones a través de Covax o las propias que se han comprado a través del mecanismo”, dijo.
Vilasanjuan, director de Análisis y Desarrollo del Institut de Salut Global de Barcelona (España), señaló que “los almacenes de muchos países de renta baja y de renta media baja están teniendo dosis, pero no suficientes para montar campañas de inmunización masiva”.
De hecho, la Alianza People’s Vaccine aseguró que la Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido han recibido en las últimas seis semanas más vacunas contra el coronavirus SARS-CoV-2 que el conjunto de África en todo el año.
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Y así como múltiples especialistas, Vilasanjuan advirtió que entre menos inyecciones en África o en cualquier otro rincón del planeta más posibilidades hay de que surjan linajes graves de este virus.
“No solo es obligación, también es pragmatismo. Si no llegan las vacunas a todos estos países, habrán más variantes que puedan ser más peligrosas”, declaró el experto en salud internacional. “Acabar con la pandemia no se va a conseguir, si no lo hacemos en todos los países”, continuó.
En un comunicado, la Alianza People’s Vaccine alertó que al ritmo actual la primera dosis no habrá alcanzado al conjunto de la población africana hasta abril de 2023, según Europa Press.
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“La primera prioridad debe ser siempre llevar la primera dosis a aquellos que no lo han recibido, incluyendo aquellos países que no tienen y también aquellos países que teniéndola hay gente que no la está aceptando”, agregó Vilasanjuan.
En América Latina hay países avanzados en la vacunación contra la COVID-19, mientras que otros como Haití, están muy rezagados. Foto: EFE
Efectivamente, la desigualdad en el reparto de las vacunas se ha sumado con un movimiento negacionista y un grupo de personas que por diversas razones se ha abstenido de vacunarse a pesar de que en sus naciones hay dosis suficientes.
Ante esto, Ecuador apostó la semana anterior por decretar la obligatoriedad de vacunarse contra la COVID-19. Una medida que en Europa se sopesa desde hace varios meses y ahora más con la extensión de la variante ómicron.
En ese sentido, Vilasanjuan resaltó que “ómicron ha puesto de manifiesto que las vacunas funcionan, es decir, es una variante que está contagiando muchísimo, pero al mismo tiempo la vemos más leve y, entre otras cosas, la vemos leve porque mucha gente ya tiene una inmunidad adquirida”.
“Eso es lo que ha disparado la idea de una tercera dosis, que un refuerzo de las dosis de la pauta completa podría incrementar la inmunidad de las personas y por eso muchos países se han lanzado a esa decisión de ampliarla hacia toda la población”, agregó.
Sin embargo, matizó las expectativas. “Una cuarta dosis en estos momentos me parece algo exagerado, no tenemos ninguna evidencia de que una cuarta dosis funcione mejor que una tercera en ninguna de las vacunas que tenemos aprobadas en estos momentos”.