La castración química como castigo para los violadores en serie fue aprobada por el Parlamento de Pakistán el miércoles 17de noviembre. Según informó el funcionario de Gobierno, Waqar Hussain, el castigo se rige bajo un marco de ley que entró en vigor inmediatamente tras su aceptación por el Legislativo.
Dicha ley también exige juicios más rápidos para los acusados de delitos sexuales, “preferiblemente en un plazo de cuatro meses”, detalla el dictamen. Asimismo, quienes sean encontrados culpables por violación en grupo tendrán la pena máxima de muerte o cadena perpetua.
La propuesta del Gobierno de Pakistán es una respuesta a los recientes casos de violaciones contra mujeres y niños, que han ido en aumento en el país. La situación ha generado inestabilidad social, con grandes protestas públicas para exigir justicia para los sobrevivientes y las víctimas de la agresión.
En 2020, el primer ministro Imran Khan adelantó que la pena de castración química sería parte de una ley luego de que una madre fuera abusada sexualmente por dos hombres frente a sus hijos, quienes la sacaron de su auto en una carretera principal y la amenazaron con una pistola. Lo que enervó a la población días después fue que, bajo un argumento misógino, el investigador principal del caso, Umar Sheikh, sugirió que la mujer fue culpable del ataque por no haber viajado en una carretera “más transitada”. Ello creó grandes tumultos de manifestantes en las calles.
La castración química es un proceso que consiste en el uso de medicamentos para reducir la testosterona. Es reversible y se practica de varios países como Polonia, Corea del Sur, República Checa y algunos estados de Estados Unidos.
En Indonesia, dicho método ha sido introducido a partir de 2016 para los violadores de niños.