La muerte por COVID-19 de embarazadas preocupa a médicos hondureños, que ante el agravamiento de la pandemia lamentan que muchas futuras madres han descuidado las medidas de bioseguridad, han minimizado el riesgo de infección y no han querido recibir la vacuna.
El infectólogo hondureño Tito Alvarado dijo que le preocupa las muertes maternas, un indicador “importante” del desarrollo humano del país centroamericano, donde 108 mujeres embarazadas han muerto este año a causa del virus, según cifras oficiales.
“La mortalidad materna tan elevada por COVID-19 es preocupante”, subrayó Alvarado, quien instó a las gestantes a que se vacunen para evitar que se enfermen gravemente por el virus y, de la misma forma, protejan a su hijo.
El daño que causa la COVID-19 “es enorme, no existe comparación (con otra enfermedad), por lo que es importante que las embarazadas se apliquen la vacuna”, explicó.
El especialista señaló que la mayoría de las mujeres gestantes que han muerto por el coronavirus en Honduras, “no habían recibido ni una sola vacuna, es decir no tenían la protección”.
“Hay dificultades de manejo” de las mujeres en estado de gestación contagiadas, lo que contribuye “al deterioro de su salud y la mortalidad”, agregó.
En esa misma línea, el infectólogo indicó que, debido a los cambios en el cuerpo durante el embarazo, las mujeres que esperan un hijo están más expuestas a riesgos de infección y desarrollar complicaciones.
“No tienen vacunas, tienen inmunosupresión, entonces el virus está a sus anchas haciendo y deshaciendo, estos son factores del por qué las embarazadas están más propensas a morir”, explicó.
Muchas mujeres se resisten a vacunarse, según Alvarado, porque creen que las vacunas no son seguras, debido a que tienen poca información sobre el fármaco y por la baja escolaridad de la población.
Honduras, con 368.654 contagios y 9.913 muertos por el coronavirus, ha visto su sistema de salud colapsado, con las Unidades de Cuidados Intensivos desbordadas y actualmente vive una situación “muy seria” por la expansión de la pandemia, añadió.
El país tiene “una cantidad de pacientes infectados y un montón de muertos, hay un subregistro mayúsculo en la mortalidad (por COVID-19)”, señaló el especialista.
Por su parte, el médico hondureño Henry Alvarenga coincidió con Alvarado en que las embarazadas no se están vacunando “por temor” al fármaco. Al mismo tiempo, afirmó que algunas mujeres en gestación no están muriendo por el virus, sino por preeclampsia, eclampsia y diabetes gestacional descompensada.
“Le están echando la culpa a la COVID-19, cuando son otras cosas las que están matando a las mujeres embarazadas y a los niños, no estoy diciendo que no mueren gestantes, pero no son las 108 que reportan”, explicó.
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Destacó que la vacuna anti-COVID-19 “nunca se probó” en embarazadas; sin embargo, señaló que, si serán inoculadas, lo recomendable es hacerlo después del primer trimestre de gestación.
“No estoy en contra de vacunar a las embarazadas, pero si en contra de la vacunación en el primer trimestre, porque hay estudios que señalan abortos y sangrados y (las autoridades) han hecho caso omiso”, añadió.