Unas cincuenta mujeres se manifestaron este jueves 2 de agosto en Herat, en Afganistán, para defender sus derechos y mantener la presión sobre el nuevo régimen talibán antes de la muy esperada presentación del gobierno.
“Es nuestro deber tener educación, trabajo y seguridad”, corearon al unísono las manifestantes, algunas de las cuales tenían pancartas con las que apelaban al respeto de los derechos de las mujeres.
“No tenemos miedo, estamos unidas”, gritaron, sin ser interrumpidas por los talibanes, que han prometido una gestión más flexible que la que impusieron durante su anterior gobierno (1996-2001), extremadamente radical.
Este tipo de manifestación o expresión pública de descontento es algo inédito para los talibanes, quienes reprimían sin piedad cualquier oposición durante su régimen.
“Estamos aquí para reclamar nuestros derechos”, explicó Fareshta Taheri, una de las manifestantes, interrogada por la AFP vía telefónica. “Las mujeres y las muchachas temen que los talibanes no las autoricen a ir a la escuela y a trabajar”.
Durante la marcha, de la que medios como Tolo News o la agencia Jaama publicaron imágenes, las manifestantes exhibieron pancartas en las que sostienen que “ningún gobierno es sostenible sin mujeres”. Entre las participantes había activistas, estudiantes universitarias y funcionarias.
La manifestación tuvo lugar en Herat, una capital provincial del oeste afgano cerca de la frontera con Irán. Se trata de una ciudad considerada más bien liberal, al menos según los criterios afganos. Por lo menos una de las manifestantes llevaba burka, mientras que las demás llevaban hiyab, un simple velo que ocultaba sus cabellos, orejas y cuello.
“Es nuestro deber tener educación, trabajo y seguridad”, corearon al unísono las mujeres afganas. Foto: Tolo News
“Estamos dispuestas a llevar burka si nos dicen que lo hagamos, pero queremos que las mujeres puedan ir a la escuela y puedan trabajar”, indicó Taheri, artista y fotógrafa. “De momento, la mayoría de las mujeres que trabajan en Herat están en sus casas, con miedo e incertidumbre”.
Durante el primer gobierno talibán en Afganistán, la gran mayoría de las mujeres y niñas fueron privadas de educación y empleo. El burka era obligatorio en la calle y las mujeres no podían desplazarse sin un acompañante, generalmente un hombre de su familia.
Ahora, tras la captura de Kabul el 15 de agosto, los talibanes dicen haber cambiado y afirman abogar por un gobierno “inclusivo”. Pero sus promesas fueron contradichas el miércoles por declaraciones en la BBC del jefe adjunto de la oficina política de los talibanes en Catar.
"La mayoría de las mujeres que trabajan en Herat están en sus casas, con miedo e incertidumbre”, una de las manifestantes. Foto: Tolo News
“Hay conversaciones para formar un gobierno, pero (los talibanes) no hablan de la participación de mujeres”, comenta otra de las organizadoras de la protesta, Basira Taheri. “Queremos que los talibanes acepten hablar con nosotras”, recalca.
“Ni siquiera en la ciudad se ve a muchas mujeres” indica por su lado Mariam Ebram. “Mujeres médicos o enfermeras que se han atrevido a volver al trabajo se quejan de que los talibanes se burlan de ellas”.
Para la exministra Nehan Nargis, refugiada en Noruega, el Afganistán de 2021 no tiene nada que ver con el de 2001, cuando los talibanes fueron expulsados del poder por una coalición liderada por Estados Unidos.
“La gente es más consciente, tiene ahora aspiraciones diferentes para Afganistán”, declaró el último miércoles por la noche a la BBC, y destacó la importancia de las redes sociales, un “instrumento muy poderoso” de movilización.