Las elecciones en Perú han generado todo tipo de reacciones en el mundo. Desde que la candidata Keiko Fujimori apostó por solicitar la nulidad de actas de mesas de sufragio, algunos medios la han comparado con dos líderes conservadores que se negaron a aceptar su caída.
La semana pasada, la historiadora y periodista Anne Applebaum se refirió a Fujimori y al ex primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, como continuadores de la táctica “Stop the steal” (Detén el robo, en español) del expresidente estadounidense, Donald Trump.
Naftali Bennett le puso fin recientemente a la era de Netanyahu (1996-1999 y 2009-2021) de la mano con una amplia coalición formada por ocho partidos (dos de izquierda, dos de centro, tres de derecha e incluso, por primera vez, una formación árabe).
Poco después de que se conformara esta coalición, Netanyahu declaró: “Estamos asistiendo al mayor fraude electoral en la historia del país; en mi opinión, en la historia de cualquier democracia”, citó Applebaum en el sitio web de la revista The Atlantic.
En su texto se refirió al caso de Keiko Fujimori en Perú al exponer el peligro que enfrenta la democracia occidental. Foto: captura de pantalla
Aunque Trump abandonó la Casa Blanca, “todavía tiene que admitir que perdió y nunca lo hará”, escribió la también columnista. “Tampoco es probable que Netanyahu ni Fujimori cedan, y no es de extrañar, en los tres casos las apuestas personales son altas”.
“Trump se ve amenazado por múltiples demandas y posibles fallas comerciales. Netanyahu ya ha sido acusado de corrupción y fraude. Fujimori pasó anteriormente un año en la cárcel mientras esperaba el juicio por supuestamente recaudar contribuciones ilegales de campaña, y posiblemente podría ser devuelta”, dijo.
Sin mencionar al postulante Pedro Castillo, virtual presidente del país, indicó que la excongresista de Fuerza Popular (FP), “hija de Alberto Fujimori, exlíder autocrático de Perú, también acaba de perder unas elecciones, pero aún no ha reconocido el resultado”.
“También hay mucho en juego porque, al menos para escucharlos hablar, todos estos líderes afirman creer que, además de lo que podrían sufrir personalmente, su nación también pagará un precio enorme por su pérdida”, señaló.
En su artículo, titulado “La democracia es sorprendentemente fácil de socavar”, precisó que este sistema político “no puede funcionar sin un cierto nivel de virtud cívica, un mínimo de consenso. Como mínimo, todo el mundo tiene que estar de acuerdo en seguir las reglas”.
“Cuando eso no sucede, pueden resultar elecciones impugnadas, violencia e incluso una guerra civil”, advirtió Applebaum. “Las consecuencias para la democracia, la democracia en todo el mundo, no solo en Estados Unidos, Israel o Perú, son aun mayores”.
Pidió a Perú, Estados Unidos, Israel, Brasil, “todo el mundo democrático”, asegurarse de que haya funcionarios públicos que frustren este tipo de maniobras, como las que intentó Trump, basadas en “historias ridículas de fraude electoral”.
“Ahora que Trump ha liderado el camino, ahora que ha demostrado que es posible convertir un partido político importante en una bola de demolición antidemocrática y un vehículo para el agravio personal, otros lo seguirán”, alertó la escritora, autora del libro ‘El ocaso de la democracia: la seducción del autoritarismo’.