Un niño de 12 años se quitó la vida tras sufrir acoso escolar homofóbico en octubre de 2019, según ha revelado una investigación publicada esta semana, dos años después del incidente en el Sidmouth College de Devon, un condado en el suroeste de Inglaterra (Reino Unido).
El hermano mayor de la víctima, Jack Holmes, ha contado al DevonLive que se acababa de mudar a España cuando ocurrió la tragedia. Además, sus padres llevaban diez años separados.
Según Jack, una vez su hermano le contó que tenía inquietudes respecto a su sexualidad, pero lamentó haberlas minimizado porque “aún era joven, no lo veía como una gran preocupación”. “Creo que teníamos una buena relación y él me decía si algo lo preocupaba”, mencionó.
Jody Hadley, el padre del menor, comentó que no había visto a su hijo en semanas. “Habría intervenido si hubiera sabido” algo sobre el bullying homofóbico, dijo en un comunicado para la investigación. “Hablé mucho con él sobre el acoso, pero nunca dijo que tenía un problema”.
Los investigadores recogieron la versión de 30 compañeros de clase. Algunos comentaron que previamente la víctima había intentado quitarse la vida y admitieron que lo habían violentado física y psicológicamente. Hasta el momento no se ha encontrado responsables directos. La necropsia reveló que el menor falleció por asfixia.
La violencia homofóbica y transfóbica en el ámbito escolar vulnera directamente el derecho a la educación de aquellos afectados, y repercute significativamente en los procesos de enseñanza y aprendizaje. De igual manera, afecta a los docentes y a la comunidad educativa en general.
Desde el 2011 la Unesco y otras Agencias del Sistema de Naciones Unidas (SNU) suman esfuerzos para visibilizar el problema y plantear estrategias de apoyo, tras evidenciar que los casos de bullying homofóbico y transfóbico continúan en aumento en el mundo.