Los casos de murcomicosis, una infección extraña que se conoce popularmente como ‘hongo negro’ letal, se han propagado durante las últimas semanas en la India, la nación asiática sumida en una catástrofe sanitaria ante la segunda ola de coronavirus.
India ha reportado más de 8.800 casos de este mal, que ya se extiende como epidemia en el país, de acuerdo con la BBC. “La infección causada por el ‘hongo negro’ se ha convertido ya en un desafío mayor que la COVID-19″, ha alertado el doctor VP Pandey, director médico del hospital público Maharaja Yeshwantrao, en la ciudad de Indore.
“Si los pacientes no reciben tratamiento adecuado a tiempo, la mortalidad puede escapar hasta el 94%. El tratamiento es caro y no tenemos medicinas suficientes”.
Más del 80% de los enfermos necesitan ser operados inmediatamente, según Pandey. Incluso, muchos pacientes perdieron la vista y tuvieron que ser mutilados en la nariz y el hueso de la mandíbula para evitar la propagación del hongo.
En Indore, centro del país, los pacientes han pasado de los ocho que había hace una semana a los 185 que se contabilizaban el sábado 22 de mayo por la noche. “Este aumento de pacientes era totalmente inesperado. Antes solíamos ver uno o dos casos al año”, comentó a la cadena británica.
Al menos nueve estados clasificaron esta infección como epidemia. Solo en el estado de Maharashtra se han registrado más de 2.000 casos, y en Gujarat hubo unos 1.200. También se abrieron centros especializados en Delhi, Bangalore y Bombay. Y en las redes sociales se multiplican las peticiones para encontrar tratamientos antifúngicos.
Según la prensa india, el ‘hongo negro’ ha cobrado ya cientos de vidas en pocos días. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades estadounidense ha especificado que los primeros síntomas son dolores de cabeza, hinchazón de la cara y fiebre, con una tasa de mortalidad superior al 54%.
Antes de la segunda ola de coronavirus, que mató a 100.000 personas en India el mes pasado, los casos de mucormicosis eran raros en el país. Los afectados solían ser enfermos de diabetes, del VIH o pacientes trasplantados con organismos inmunodeprimidos.
La rápida propagación de esta infección se atribuye al uso incontrolado de esteroides para tratar a los pacientes con COVID-19, según expertos como el profesor K. Srinath Reddy, de la Fundación de Salud Pública de India.
“La gente los ha estado utilizando de forma excesiva e inapropiada”, dijo el profesor, y explicó que el agua contaminada en las bombonas de oxígeno o en los humidificadores también da al hongo la oportunidad de entrar en el organismo.
En vista de este rápido aumento, el Gobierno central está enviando el medicamento anfotericina B a todos los estados afectados, anunció el ministro de Productos Químicos y Fertilizantes, Sadanand Gowda, en su cuenta de Twitter.
Tras casi 12 días de tratamiento con esteroides, Bhartiben Shah, una paciente de COVID-19, empezó a quejarse de fuertes dolores de cabeza que no se iban con los analgésicos habituales. Unos días más tarde, el dolor se hizo insoportable y su ojo estaba hinchado, recuerda su hijo.
“Una resonancia magnética mostró una mancha, pero no era evidente que fuera un ‘hongo negro’. Pero la ingresamos en el hospital poco después”, dijo su hijo Smit Shah a la AFP.
Una biopsia confirmó la infección y el hijo recurrió a las redes sociales para conseguir antifúngicos, hasta ahora sin resultado, para salvar a su madre. El tratamiento que más se necesita es la Anfotericina B liposomal. Como respuesta, el ministro de Sanidad indio anunció que aumentaría la producción.
Las críticas apuntan a la falta de previsión de las autoridades estatales y federales, que deberían haber tomado medidas cuando se registraron los primeros casos hace meses.
Según Amulya Nidhi, un activista de derechos sanitarios en Madhya Pradesh, la crisis de los antivirales y el plasma para tratar el coronavirus no han servido de lección. “La gente no debería tener que mendigar para obtener medicamentos que le salven la vida”, dijo.
Con información de EFE y AFP.