Este viernes 5 de febrero, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, elogió la vacuna Sputnik V durante una reunión con el canciller ruso, Serguéi Lavrov. El medicamento ruso es “una buena noticia para la humanidad”, celebró el alto funcionario, quien dijo esperar que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) pueda certificar su uso pronto.
Rusia y la UE quieren encontrar la manera de cooperar pese a sus profundas diferencias y una crisis de confianza. “Hemos constatado nuestra disposición a cooperar de forma pragmática cuando haya un interés común”, comentó Lavrov. Pese a las diferencias, “hay temas en los que podemos y debemos trabajar juntos”, aseguró, por su parte, Borrell.
Esta semana, la Sputnik V fue destacada en la revista científica The Lancet, que publicó un estudio validado por expertos independientes donde avalaba el 91,6% de su eficacia.
Se trata de un éxito para la vacuna, que corrobora las afirmaciones iniciales de Rusia, que a finales del año pasado fueron acogidas con gran desconfianza por la comunidad científica internacional.
El medicamento ruso fue visto con recelo durante un tiempo debido a la falta de un respaldo científico público que sustentara su eficacia. Sin embargo ahora, el fármaco ya ha sido homologado en 15 países, entre ellos antiguas repúblicas soviéticas, aliados políticos como Venezuela o Irán y países como Argentina y México.
Para el Kremlin, la vacuna demuestra la excelencia de una Rusia despreciada y sancionada por Occidente. Putin ha calificado a la Sputnik V como la “mejor vacuna del mundo”. La nación ya recibió pedidos por más de mil millones de dosis, pero no está en condiciones de satisfacer semejante demanda.
Ninguna fuente oficial ha dicho con claridad cuántas dosis se han fabricado o distribuido hasta el momento. La autoridades solo han hablado de 1,5 millones de inyecciones en todo el mundo hasta mediados de enero.
Más que exportar, Moscú quiere en realidad desarrollar proyectos de cooperación para producir la vacuna en fábricas locales. Por el momento, Kazajistán, India, Corea del Sur y Brasil producen la Sputnik V. Pero no todos la utilizan aún.