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Brasil: reparten actas de defunción a las casas tras récord de muertes

Los hospitales abarrotados en Manao han obligado a que los enfermos COVID-19 permanezcan en casa, donde la falta de tratamiento empeora sus síntomas y mueren.

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Tan solo el día de ayer, la ciudad registró un récord de 2013 entierros, pero el jueves fueron 186; el miércoles, 198; martes, 166; y el lunes, 150. Foto: EFE

El coronavirus continúa causando estragos en Manaos, la ciudad de la Amazonía en Brasil, donde más de un millar de personas han sido enterradas durante la última semana y el número de muertos aumenta, mientras las familias hacen fila para conseguir un certificado que permita darles sepultura.

Debido a la crítica situación, un equipo de técnicos en necrología y patología visitan diariamente en cualquier punto de la ciudad los hogares donde se han registrado muertes por síntomas de coronavirus para agilizar el certificado de defunción.

El viernes 15 de enero, Manaos registró un récord de 213 entierros —ocho por hora—, de los cuales 102 fallecieron por la COVID-19, una enfermedad que tiene colapsados los hospitales, a los pacientes muriendo por falta de oxígeno y a los profesionales de la salud totalmente exhaustos.

La escasa atención en los hospitales ha obligado a que los enfermos permanezcan en casa, donde la falta de tratamiento empeora sus síntomas y mueren. Desde la tarde del viernes y hasta este sábado 16, familias con pacientes en casa hacen fila frente a una empresa de oxígeno, a la espera del producto.

El número de fallecidos por sospecha de COVID-19 en sus casas aumentó un 130% en la última semana. “Hubo un aumento muy grande de óbitos en los domicilios. Lo que se hacía en todo un mes, ahora se hace en una semana”, aseguró Arlindo Franca, director del Centro de Emisión de Certificados de Defunción (Cedo, por sus siglas en portugués) de la Secretaría Municipal de Salud.

Aunque las muertes se registran en toda la ciudad, la mayor parte de casos se da en los hogares de familias de escasos recursos, que viven en condiciones precarias y que solo cuentan con el sistema de salud pública, al que no pueden acceder por el colapso.

Según Franca, el mayor número de fallecimientos ocurre en la madrugada, el viernes, por ejemplo, en un lapso de 10 horas fueron atendidas 23 familias por el equipo, que con la expedición del documento pudieron enterrar a sus muertos.

Con información de EFE

El viernes 15 de enero, Manaos registró un récord de 213 entierros –ocho por hora- de los cuales 102 fallecieron por la COVID-19. Foto: AFP

Durante el servicio, los técnicos, con mascarillas y manteniendo la distancia social, corroboraron con las familias los datos de las víctimas y los síntomas que registraban antes de morir.

También verificaron que los cuerpos no tuvieran signos vitales y tomaron muestras para realizar las pruebas que confirmarían si murieron o no por la COVID-19.

Al terminar las pericias, ese mismo día los técnicos entregaron el certificado de defunción y los muertos permanecieron en las casas a la espera de ser recogidos por las funerarias, un servicio que solo están prestando si las familias tienen el certificado y únicamente en horas del día, ya que a partir de las 19.00 la ciudad entrar en toque de queda.

COVID-19 provoca una semana nefasta en Manaos

Entre el lunes y el viernes fueron enterrados en Manaos más de un millar de muertos. Al igual que los hospitales, los cementerios se ven abarrotados, ya que las filas de carros fúnebres a sus entradas enlutan aún más el panorama de caos que envuelve a la ciudad.

Tan solo el día de ayer, la ciudad registró un récord de 2013 entierros, pero el jueves fueron 186; miércoles, 198; martes, 166; y el lunes, 150.