Con algo de apoyo republicano, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos convirtió al presidente Donald Trump en el primer mandatario en la historia del país en enfrentar dos veces un proceso de juicio político.
Con 232 votos a favor, entre ellos 10 del partido de gobierno, y 197 votos en contra, Trump fue acusado por incitar a una insurrección violenta contra el Capitolio la tarde del pasado miércoles 6 de enero, cuando se reafirmaba la victoria de Joe Biden en las últimas elecciones de noviembre del 2020. Además se solicitó su destitución al cargo y la inhabilitación para volver a ocupar uno.
Liz Cheney de Wyoming, la líder número 3 del partido en la Cámara; Jaime Herrera Beutler de Washington; John Katko de Nueva York: Adam Kinzinger de Illinois; Fred Upton de Míchigan; Dan Newhouse de Washington: Peter Meijer de Míchigan; Anthony González de Ohio; David Valadao de California y Tom Rice de Carolina del Sur fueron aquellos representantes republicanos que no se sometieron a la idea colectiva de su partido de apoyar al presidente a dejar el cargo sin ninguna acusación. Sin embargo, apoyaron a los demócratas encabezados por la líder del Congreso, Nancy Pelosi.
La sustentación y posterior votación del juicio político se dio luego de que el vicepresidente Mike Pence negara a través de una extensa carta aplicar la 25 enmienda de la Constitución para que el gabinete destituya al magnate, que había sido solicitada por los demócratas de la Cámara a través de una resolución aprobada con 223 votos a favor y 205 en contra.
Esta presión no procedió porque la mano derecha del presidente dijo que no iba a utilizar su cargo para modificar el camino político de su país, y deslizó que no lo hizo cuando la semana pasada el presidente Donald Trump le pidió que desconozca el resultado emitido por el Colegio Electoral, que otorgaba al líder demócrata la victoria electoral en las últimas votaciones del año pasado.
“La semana pasada −enfatizó Pence−, no cedí a la presión para ejercer más allá de mi autoridad constitucional para determinar el resultado de las elecciones y ahora no cederé a los esfuerzos de la Cámara de Representantes para jugar juegos políticos en un momento tan serio en la vida de nuestra nación”.
Nancy Pelosi imploró a los demás representantes que adopten “un remedio constitucional que garantice que la república esté a salvo de este hombre que está tan resueltamente decidido a derribar las cosas que apreciamos y que nos mantienen unidos”.
“Él se debe ir. Es un peligro claro y presente para la nación que todos amamos” , dijo, y luego agregó: “No me complace decir esto, me rompe el corazón”.
“El presidente es responsable del ataque del miércoles al Congreso por parte de los alborotadores de la mafia”, dijo el representante Kevin McCarthy, del estado de California. “Debería haber denunciado inmediatamente a la mafia cuando vio lo que se estaba desarrollando”, mencionó.
McCarthy pidió a sus colegas de bancada que no promuevan el divisionismo del partido siguiendo la medida que los demócratas se han dispuesto a realizar: la salida vergonzosa de Trump del poder.
“A la luz de esta realidad, creo que será mejor para nuestra nación si el Congreso y el Poder Ejecutivo pasan los próximos siete días completamente enfocados en facilitar una toma de posesión segura y una transferencia ordenada del poder a la administración entrante de Biden”.
“No debe haber violencia, infracción de la ley ni vandalismo de ningún tipo”, dijo a través de un comunicado que fue leído por los republicanos desde la Cámara. “Eso no es lo que yo represento, y no es lo que Estados Unidos representa. Hago un llamado a todos los estadounidenses para que ayuden a aliviar las tensiones y calmar los ánimos”.
donald trump afp
Sin embargo, tras saber de su segunda acusación, el presidente Trump se dirigió a los Estados Unidos a través de un anuncio público e instó a los ciudadanos a estar “unidos” y evitar la violencia.
En el discurso grabado en video desde la Oficina Oval, Trump hizo “un llamado a todos los estadounidenses a superar las pasiones del momento y unirse como un solo pueblo estadounidense. Elijamos avanzar unidos por el bien de nuestras familias”, dijo.
Trump repudió a sus partidarios que asaltaron el Congreso hace una semana, desencadenando un segundo “impeachment” en su contra en la Cámara de Representantes, diciendo que “nunca hay una justificación para la violencia”. “Quienes participaron en los ataques de la semana pasada serán llevados ante la justicia”, aseguró.
Esto se debe a que desde hace unos días el FBI alertó en un boletín interno la presencia de unos grupos extremistas que advertían volver a causar daños en el Capitolio, no solo en Washington, sino también en otros estados, si es que el Congreso decidía iniciar un proceso de juicio político contra Trump.
Ante ello, las autoridades de Seguridad Nacional aumentaron la vigilancia en el Capitolio y algunas otras edificaciones políticas importantes del país con la finalidad de evitar actos de violencia que puedan terminar en un enfrentamiento más fuerte con los agentes de la Guardia Nacional.
“He ordenado a las agencias federales que utilicen todos los recursos necesarios para mantener el orden en Washington. Estamos trayendo miles de miembros de la Guardia Nacional para asegurar la ciudad y garantizar que la transición pueda ocurrir de manera segura y sin incidentes”, anticipó.
Pese a su sentido pacifista del presidente, este mencionó en varias ocasiones que le robaron la presidencia y responsabilizó a un fraude orquestado desde el partido demócrata.
Recién en los últimos días dijo que iba a traspasar pacíficamente el poder, pero negó que asistiría a la toma de juramento de Joe Biden el próximo 20 de enero.
El máximo funcionario de la gestión de Trump que sí asistirá a la ceremonia que da inicio a la era en la que los demócratas tienen el poder de ambas cámaras será el vicepresidente Mike Pence.
En tanto, desde las redes sociales se hacen los esfuerzos para tratar de censurar las actividades violentas que se hayan programado para ese día.
El último procedimiento, sobre los intentos de Trump de presionar a Ucrania para que difamara a Biden, fue un asunto partidista que terminó con la absolución del republicano.
En otra ocasión, el mandatario también fue acusado de haber recibido el apoyo de Rusia para llevarse la victoria a la presidencia en 2016.
Karen Tumulty, Washington Post
Donald Trump ahora tiene la distinción de ser el único presidente en la historia de EEUU en ser acusado dos veces. A diferencia de la primera vez, esta fue una reprimenda del Congreso bipartidista.
Ahora, los republicanos deben reconocer que, cuando Trump deja el cargo, los deja en un punto de inflexión. ¿Su partido será completamente dominado por los teóricos de la conspiración y los supremacistas blancos que Trump ha invitado a salir a la luz? ¿O todavía es posible que el Partido Republicano recupere cualquier derecho a una filosofía de gobierno basada en ideas conservadoras?
No está claro cómo los republicanos del Congreso tratarán a aquellos en sus filas que merecen su parte de culpa por la violencia de la semana pasada.
Los mecanismos disciplinarios dentro de la institución son un lugar para comenzar.
Dudo que el Senado penalice a sus propios miembros, por muy merecidos que sean. Sin embargo, existe otra opción de castigo, anticuada y muy eficaz.
David Valadao, republicano
“Tengo que seguir mi instinto y votar mi conciencia. Voté para acusar al presidente Trump. Su retórica incitadora era antiestadounidense, aborrecible y absolutamente un delito imputable”.
Tom Rice, republicano
“He apoyado a este presidente en las buenas y en las malas durante cuatro años. Hice campaña por él y voté por él dos veces. Pero este fracaso total es imperdonable”.
Peter Meijer, republicano
“Trump ha traicionado su juramento al tratar de socavar nuestro proceso constitucional, y él tiene la responsabilidad de incitar a la insurrección que sufrimos la semana pasada”.
Joe Biden, presidente electo
“Espero que el Senado encuentre la manera de lidiar con sus responsabilidades constitucionales del juicio político mientras también trabaja en los otros asuntos urgentes de la nación”.
donald trump