La Federación de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha autorizado este viernes 11 de diciembre la utilización de la vacuna contra el nuevo coronavirus de la compañía farmacéutica Pfizer y la biotecnológica BioNTech.
Dicha disposición de emergencia llega en la misma semana que la nación norteamericana batió récords de hospitalizados y cantidad de fallecidos desde el comienzo de la pandemia, superando los 3.000 diarios.
La administración de Donald Trump se suma a Reino Unido, Canadá y México, entre otros, en la nómina de los estados que ya brindan tratamientos a los pacientes infectados por COVID-19.
A partir de este momento, el Gobierno del presidente republicano podrá distribuir 2,9 millones de dosis de vacunas a los sectores más vulnerables en los próximos días, según precisó The New York Times.
Estados Unidos es el país más perjudicado por la crisis sanitaria, con más de 293.000 muertos, un número mayor que el total de víctimas estadounidenses en la Segunda Guerra Mundial.
Cabe mencionar que la FDA sostuvo una extensa jornada con más de una veintena de expertos que determinó que los beneficios de la vacuna superan los riesgos de su uso en personas mayores de 16 años. Las deliberaciones se transmitieron vía streaming por primera en la historia.
La agencia de gobierno no ha hallado ninguna complicación a la seguridad de los pacientes en su análisis del ensayo clínico de la fase III llevado a cabo por la empresa Pfizer a 44.000 individuos. La conclusión es que el fármaco es altamente efectivo en distintos grupos demográficos.
Previamente al anuncio formal de la vacunación masiva, Trump escribió en su cuenta de Twitter que la vacuna, el “milagro médico más grande y rápido de la historia contemporánea” debe ser atribuido a su gestión y no al del presidente electo Joe Biden, quien asumirá el poder el próximo 20 de enero.