El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que era una “buena idea” comprar misiles de largo alcance a Irán en medio de una rueda de prensa para medios internacionales.
En el mes de agosto, el presidente de Colombia, Iván Duque, se refirió a la compra de armas por parte de la administración de Maduro.
“Dije que no era así, pero Venezuela puede comprar armamento al país que le dé la gana. Dije que me parecía una muy buena idea y por qué no. En su momento veremos la oferta iraní”, expresó Maduro sobre el comentario de Duque.
El enviado de Estados Unidos para Venezuela, Elliot Abrams, advirtió que el Gobierno de Donald Trump “eliminará” cualquier arma de magnitud que pueda llegar al país petrolero.
“Venezuela paga con oro los envíos de gasolina de Irán, y hay presencia iraní en el país. La economía de Venezuela ha colapsado, por lo que cada lingote de oro que va a Irán representa decenas de miles de dólares que el pueblo venezolano necesita para obtener alimentos y medicinas”, agregó Abrams.
En la misma rueda de prensa, Maduro se refirió a la salida de Leopoldo López de la Embajada de España en Caracas.
“Leopoldo López se va a España derrotado por las fuerzas revolucionarias. Está huyendo de una sentencia firme, de un juicio al que él mismo fue y se entregó”, dijo Maduro.
También, amenazó al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, asegurando que podría terminar en España con López y que después de ello “nacerá una nueva oposición de Venezuela”.
El pasado 23 de agosto, el mandatario nacional señaló que, si lo determina la justicia, no le “temblará el pulso” para ordenar el arresto de Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por medio centenar de países encabezados por Estados Unidos. Washington ha advertido que detener al jefe parlamentario sería “el último error” del mandatario.
Como presidente del Parlamento —único poder en manos de la oposición—, Guaidó reclamó en enero de 2019 la presidencia encargada luego de que la cámara declarara “usurpador” a Maduro acusándole de haber sido reelecto fraudulentamente en mayo de 2018.
Desde entonces, la justicia venezolana, a la que los adversarios de Maduro acusan de servir al chavismo, ha abierto múltiples procesos penales contra el actual líder opositor, pero este no ha sido detenido.
Las elecciones legislativas del próximo 6 de diciembre son boicoteadas por los principales partidos políticos opositores, que las califican de “farsa”. Estados Unidos adelantó que no reconocerá las votaciones y la Unión Europea pidió, sin éxito, aplazarlas.