El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, encabezó un atípico y solemne grito de independencia, acto central de la celebración de las fiestas patrias, con un Zócalo vacío debido a las restricciones sanitarias por la pandemia del nuevo coronavirus.
El mandatario izquierdista dedicó un minuto de silencio a las víctimas que han perdido la batalla contra la COVID-19 previo al acto, que usualmente concentra a miles de personas en la plaza pública más importante del país.
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Desde el balcón del palacio presidencial, y acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, López Obrador lanzó 20 vivas dedicados a los héroes patrios, pero también otros en honor “a la esperanza, a la igualdad y al amor al prójimo”.
En sus arengas mencionó igualmente a personajes como Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón, Josefa Ortiz de Domínguez e Ignacio Allende.
Celebración de la independencia de México. Foto: AFP
Fue el segundo grito de Independencia de AMLO, como se le conoce al mandatario, desde que asumió la presidencia en diciembre de 2018.
Los mexicanos se dispusieron a recordar el 210 aniversario de su independencia sin los grandes festejos que caracterizan tan especial fecha debido a las restricciones sanitarias impuestas por las autoridades para evitar la propagación del virus.
México, de 128 millones de habitantes, suma 71.678 fallecidos y 676.487 contagiados de coronavirus hasta este martes, según cifras oficiales.
Sobre la plancha del Zócalo, la silueta del mapa de México iluminado con los tres colores de la bandera -verde, blanco y rojo- y una “antorcha de la esperanza” recordaron a las víctimas que ha dejado la pandemia.
La ceremonia del grito emula el discurso que Hidalgo pronunció al amanecer del 16 de septiembre de 1810, convocando al pueblo de Dolores, en el actual estado de Hidalgo (centro), a la rebelión contra las fuerzas virreinales.
Este acto marcó el inicio de la lucha independentista de México, que se concretaría recién en 1821 y que coincide con gestas similares en otras naciones de América Latina.
Aunque no existe una restricción respecto al número de arengas o vivas que puede lanzar un presidente durante el grito, la mayor parte de ellos suele respetar un canon habitual de unas 10, siete de ellas dedicadas a héroes de la independencia y la historia del país y las tres últimas a México.