El presidente de Chile, Sebastián Piñera, se dirigió el último sábado 29 de agosto al coronavirus para pedirle que “se vaya del país” y “deje tranquilos” a sus ciudadanos. Esto ocurrió en una jornada en la que, de acuerdo a medios locales, rompieron la barrera de los 2.000 contagios diarios.
En una visita a la región de Arica y Parinacota, al norte de Chile, el mandatario se refirió a las condiciones sanitarias y a la situación económica difícil que afronta la nación “por culpa de un virus microscópico e invisible, pero letal y muy destructivo que se llama coronavirus”.
“Yo le pido, como presidente de Chile, que nos deje tranquilos, que se vaya del país”, exhortó Piñera al virus que genera de la enfermedad COVID-19, en un video que fue ampliamente compartido en redes sociales.
En el boletín del sábado 29 de agosto, el Ministerio de Salud contabilizó 2.033 casos confirmados del día y un total de 408.009 totales; mientras que con 49 fallecidos por COVID-19, la cifra acumulada alcanzó los 11.181.
En su declaración a los medios, el jefe de Estado aseguró que le va a “tirar las orejas al ministro de Hacienda (Ignacio Briones)” para concretar la presentación de la Ley de Rentas Regionales, con la cual planean descentralizar la entrega de recursos.
“Pero entremedio (...) llegó el coronavirus. Entonces, el ministro tuvo que anticipar la puesta en marcha de cinco hospitales, tuvo que comprar todo tipo de equipamiento, ventiladores mecánicos, tuvo que aumentar sustancialmente la dotación de personal para protegernos del coronavirus. Por tanto, tuvo que hacer reasignación de recursos”, dijo.
Número de muertos y casos por el nuevo coronavirus en América Latina y el Caribe, y los países más afectados al 30 de agosto a las 16H30 GMT. Infografía: AFP
Quiso aclarar que no se trata de “una caída de recursos asignados a la región”, simplemente hubo una reasignación “porque las prioridades cambian, y cambiaron desgraciadamente” por el SARS-CoV-2.
Unas declaraciones que provocaron todo tipo de reacciones en redes sociales, desde sorpresa hasta indignación. Algunos la vincularon con las polémicas palabras del ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien en marzo pasado preguntó sobre el virus: “¿Qué pasa si muta y se pone buena persona?”.