Desde el complejo fronterizo Chacalluta, en Arica, el presidente chileno Sebastian Piñera Echenique reiteró su defensa a la aprobación de una nueva ley migratoria. Además anunció el veto presidencial a las iniciativas del Poder Legislativo que pretenden dar permisos de trabajo y regularización a aquellos que ingresaron de forma ilegal a su país.
“A lo largo de nuestra historia hemos recibido muchas migraciones muy valiosas (...), pero para que Chile siga siendo un país que mantiene esta apertura de acogimiento es fundamental una ley de migración moderna que asegure una migración regular, ordenada y legal. La ley que tenemos tiene 45 años y no responde a las necesidades del presente”, dijo Piñera.
El Gobierno de Piñera presentó un proyecto de ley que busca endurecer las reglas de la migración. En el Poder Legislativo, desde la comisión de Derechos Humanos del Senado, han surgido propuestas que brindan facilidades a los extranjeros que trabajan, sin importar la forma en que ingresaron al país.
“El que quiera venir a Chile a vivir va tener que entender que va a tener que respetar nuestras leyes e ingresar de forma legal, diciendo la verdad de sus intenciones y no ingresar de forma ilegal ocultando la verdad de la intención de esas visitas”, declaró el mandatario.
Antes de la pandemia, eran miles los tacneños que trabajaban en labores agrícolas, domésticas y comerciales en Arica. Muchos ingresaban con permiso de turista, laboraban seis días y volvían a Tacna los domingos. Esa era una rutina habitual antes del cierre de frontera. Una política más severa migratoria afectará sin duda la fuente de trabajo de esos peruanos.