En una isla del sur de Filipinas, al menos 10 personas murieron y decenas resultaron heridas tras un doble atentado. La mayoría de los afectados fueron soldados y policías, quienes llevaban largo tiempo combatiendo al grupo Abu Sayyaf.
En la primera detonación, cinco soldados y cuatro civiles perdieron la vida en Joló, capital de la provincia de mayoría musulmana de Sulú. En declaraciones a The Associated Press, el teniente general Corleto Vinluan dijo que un artefacto explosivo casero fue colocado en una motocicleta aparcada afuera de un supermercado.
“Se trató de un dispositivo explosivo improvisado transportado en un vehículo que estalló mientras nuestros soldados hacían compras”, sostuvo Vinluan.
Respecto a los heridos, las autoridades manifestaron que 16 soldados y 20 civiles fueron afectados por el artefacto explosivo. Ambas explosiones fueron en el frontis del supermercado.
En el segundo atentado, la bomba no fue colocada en un objeto. Una mujer hizo estallar la carga que llevaba consigo en momentos en que los agentes policiales cerraban el área. El saldo que dejó esta tragedia es un muerto y seis oficiales heridos.
“Un soldado estaba revisando que una persona estuviera bien y entonces ocurrió otra explosión”, indicó el teniente general al medio de comunicación internacional.
Con el transcurrir de los minutos, una tercera bomba sin estallar fue hallada en un mercado público. Ante esta situación, las Fuerzas Armadas y la Policía restringieron el acceso a Joló de forma inmediata.
Tras este siniestro, autoridades militares culparon a un comandante de Abu Sayyaf, Mundi Sawadjaan. Recordemos que, durante varios meses, las Fuerzas Armadas han estado librando una ofensiva contra esta organización pequeña afiliada al grupo Estado Islámico, quienes han cometido decapitaciones, secuestros y atentados.