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Bielorrusia y un conflicto de poder que involucra a Putin

Geopolítica. Para el experto Fernando Mires, si Putin "intentará proteger a Lukashenko, por ahora es una incógnita".

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Molestia. Las elecciones desataron grandes manifestaciones. Foto: AFP.

Bielorrusia vive bajo fuertes protestas desde el 9 de agosto, cuando el presidente en ejercicio, Aleksandr Lukashenko —en el poder desde hace 26 años—, se impuso por amplia ventaja y con el desconocimiento de la Unión Europea.

Miles de personas han tomado las calles desde entonces para manifestar su oposición absoluta al resultado (80.1% a favor del mandatario) y, al principio de las manifestaciones, las fuerzas del orden usaron fusiles con acción de bombeo.

En entrevista con La República, el profesor emérito de Relaciones Internacionales de la Universidad de Oldenburg (Alemania), Fernando Mires, ahonda en esta crisis.

¿Cómo explicar esto y qué papel juega Putin?

Lo que está sucediendo en Bielorrusia es un desencadenamiento de hechos que han llevado paulatinamente desde la participación de la oposición en las elecciones (primera fase) a la denuncia del fraude (segunda fase) hasta llegar a tomar las formas de una sublevación democrática y popular en contra del régimen autocrático de Lukashenko (tercera fase).

Un conflicto de esas dimensiones no tardaría en reflejarse en la arena internacional donde se encuentran dos frentes: el del régimen autocrático de Putin y las democracias europeas occidentales agrupadas en la UE (cuarta fase). Si Putin intentará proteger a Lukashenko hasta el último momento o buscará alternativas intermedias, es por ahora una incógnita.

Trump calificó como “terrible” lo sucedido y dijo que lo siguen “de cerca”, ¿qué papel juegan los EE. UU.?

Parece difícil que el gobierno de Trump asuma en el conflicto un rol decisivo. Por una parte Putin es un socio político de Trump en el marco de un proyecto común destinado a debilitar económica y políticamente a la UE y en consecuencia a la NATO. Para decirlo en palabras breves: Trump está más cerca de Putin que de Angela Merkel. Una intervención más directa no cabe dentro de la “doctrina Trump”.