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De la vacuna a las protestas en Bielorrusia: el conflicto que arriesga la imagen de Putin

"Frío y calculador como es, Putin intentará, por todos los medios, incluyendo los violentos, impedir que las democracias occidentales sienten presencia en Bielorrusia", declaró el internacionalista Fernando Mires a este diario.

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Vladimir Putin es actor principal de la crisis que se vive en Bielorrusia, de acuerdo a especialistas en relaciones exteriores. Diseño: La República

La vacuna registrada en Rusia contra el coronavirus revitalizó la imagen del presidente ruso, Vladimir Putin, en un momento en que hay una evidente carrera por dar con la cura contra el SARS-CoV-2. Antes de eso, en Bielorrusia explotaron unas protestas que cada vez lo inmiscuyen más.

Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994, ganó con contundencia (80.1%) su reelección y generó el 9 de agosto intensas manifestaciones que no han cesado. Mientras miles de personas y la oposición piden nuevas elecciones, el mandatario en ejercicio se niega rotundamente.

“Si Putin intentará proteger a Lukaschenko hasta el último momento o buscará alternativas intermedias, es por ahora una incógnita”, expresó el profesor emérito de Relaciones Internacionales de la Universidad de Oldenburg (Alemania), Fernando Mires, en entrevista con La República.

Este jueves 20 de agosto el presidente francés Emmanuel Macron destacó que la Unión Europea (UE) propone una mediación con todos los actores involucrados, “incluyendo a Rusia”. Citado por medios locales, el jefe de Estado galo enfatizó: “Está claro que nuestro mensaje para Putin es que queremos dialogar”.

Empero “es el presidente Lukashenko quien muestra reticencias”, según Macron, quien ya había desconocido su triunfo en las urnas, en la víspera, junto a los otros líderes de la UE.

El rol de Putin

“No estoy seguro si la imagen internacional de Putin ha subido demasiado por una vacuna que aún no ha sido suficientemente probada”, añadió Mires. “Habría que ver qué tan efectiva es esa vacuna realmente”, coincidió el internacionalista Lauren Caballero.

En la capital de Bielorrusia (Minsk) este jueves 20 de agosto se vivió otra jornada de protestas contra Lukashenko, en el poder desde 1994. Foto: EFE

En comunicación con este diario, Caballero indicó que “siendo segura o insegura, el despliegue propagandístico que ha hecho Putin alrededor de la aparición de la vacuna ha sido brutal; aunado a otras cuestiones, le ha dado un reimpulso a su imagen”.

No obstante, en su opinión si “esos reimpulsos no son confiables en el mediano plazo terminan generando más” factores en contra que a favor.

Bielorrusia en la mira

Señaló que Bielorrusia, un país de 9,5 millones de habitantes, genera “intereses geopolíticos” particulares tanto para la UE como para Rusia, que tiene inclusive lazos históricos tras los años en que eran una nación conjunta en la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Cronología de la crisis política en Bielorrusia. Infografía: AFP

“Este pequeño país es importante desde el punto de vista económico, tiene una posición geográfica privilegiada y cuenta con un desarrollo importantísimo”, destacó el analista. Para la UE, consideró que también es relevante para operar “como una especie de manto protector frente al intervencionismo ruso”.

Para Caballero es loable que el pueblo bielorruso haya decidido sufragar en “un régimen que no es precisamente democrático”, donde “no cumplían los requisitos mínimos para una elección democrática y participativa”.

La Unión Europea estimó, en ese sentido, que los comicios no “fueron justos ni libres”. Previamente la candidata opositora bielorrusa Svetlana Tijanovskaya, desde el exilio, había divulgado un video en inglés para pedirle al bloque no reconocer los resultados.

Para Mires lo que pasa en Bielorrusia tiene cuatro fases marcadas: la participación de la oposición en las elecciones; la denuncia de fraude; las manifestaciones que se tornan en una “sublevación democrática y popular en contra del régimen autocrático de Lukaschenko”; y la posición de la UE y Rusia.

“Un conflicto de esas dimensiones no tardaría en reflejarse en la arena internacional donde se encuentran dos frentes: el del régimen autocrático de Putin y las democracias europeas occidentales agrupadas en la UE”, complementó el escritor político.

¿Qué hará Putin?

Este jueves 20 de agosto la Cancillería rusa, así como Putin en otras ocasiones, ratificó su política de no intervención y le pidió a la Unión Europea evitar la violación de este principio diplomático.

Putin, quien recibió en julio pasado el apoyo abrumador de la población rusa para seguir en el cargo hasta 2024, no tiene interés en establecer una imagen positiva a nivel internacional, sostuvo Mires.

Para el experto esto se ha visto en toda una serie de acontecimientos, como el supuesto envenenamiento de Alexei Navalny, la anexión de Crimea que fue votada en referendo o “la conversión de Siria en protectorado ruso”.

“Frío y calculador como es, Putin intentará, por todos los medios, incluyendo los violentos, impedir que las democracias occidentales sienten presencia en Bielorrusia. Ese punto le interesa más que la suerte individual de Lukashenko. Creo que bajo ciertas condiciones estaría dispuesto a negociarlo”, cerró.