En Estados Unidos, un grupo de científicos suma esfuerzos para fabricar una cepa del nuevo coronavirus y emplearla en posibles en ensayos de vacunación en humanos, un tipo de estudio controvertido en el que voluntarios sanos son inoculados e infectados intencionalmente.
El propósito de estas pruebas es reunir datos sobre la eficacia de las vacunas experimentales o tratamientos, una estrategia que acorta el período de los ensayos clínicos necesarios.
El informe publicado por Reuters este miércoles, 14 de agosto, afirma que se trata de un trabajo preliminar. Además, tales ensayos no reemplazarán los estudios de gran escala de Fase 3 que se están llevando a cabo en Estados Unidos sobre potenciales vacunas contra el coronavirus, liderados Moderna Inc y Pzizer Inc.
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El dato fue confirmado a la agencia mediante un correo del Instituto de Alergias y Enfermedades Infecciosas del país (NIAID), dirigido por el epidemiólogo Anthony Fauci. En un escenario contrapuesto, organizaciones como “1 Day Sooner” consideran que los ensayos de desafío son una forma de acelerar las pruebas sobre la vacuna.
Incluso muchos científicos consideran que no son éticos porque no se tratan directamente de “terapias de rescate” para quienes enferman.
Foto: AFP.
La mayoría de los ensayos de vacunas se basan en la infección inadvertida, no deliberada, lo cual puede tomar tiempo en ocurrir.
En ese sentido, algunas farmacéuticas, como AstraZeneca y Johnson & Johnson “considerarían llevar adelante ensayos de desafío en humanos para probar sus vacunas del COVID-19 si fuera necesario”, asegura Reuters.
“Para el caso de que hubiera necesidad de ensayos de desafío en humanos a fin de evaluar correctamente las candidatas a vacuna o terapias para el SARS-CoV-2, el NIAID ha comenzado las investigaciones sobre las consideraciones éticas y técnicas de conducir estos estudios”, dijo la agencia gubernamental en el correo enviado.
Lo anterior incluye esfuerzos para elaborar una cepa apropiada del SARS-CoV-2, definir un protocolo clínico e identificar los recursos que se necesitarían para llevar adelante los estudios.
De acuerdo al informe, los ensayos de desafío más acotados se realizarán en pequeñas unidades de aislamiento para controlar el virus. Los estudios de mayor alcance que involucren a más de 100 personas tendrán que llevarse a cabo en múltiples ubicaciones, por lo cual requerirá meses de preparativos.
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Estos ensayos normalmente se hacen cuando un virus no está ampliamente propagado en las poblaciones, lo cual no es el caso del SARS-CoV-2.
La pandemia ha provocado al menos 754.649 muertos en el mundo desde que la oficina de la OMS en China dio cuenta de la aparición de la enfermedad en diciembre, según la AFP. Asimismo, más de 20.962.510 personas en 196 países o territorios contrajeron la enfermedad y 2.789.500 se recuperaron.