El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ofreció como voluntario para probar la efectividad de la posible vacuna contra el coronavirus, según anunció este miércoles 22 de julio en una entrevista con Fox News.
El gobernante estadounidense comentó que está en una disyuntiva sobre si debería ser el primero en inocularse contra el mal, pero enfatizó después que lo haría “absolutamente”.
“Bueno, ya sabes cómo funciona. Si soy el primero, dirán ‘es tan egoísta que quería recibir primero la vacuna’, y entonces otras personas dirían ‘es una cosa muy valiente de hacer’. Absolutamente (recibiría la vacuna), si quieren que lo haga, si piensan que está bien, la recibiría primero o al final”, dijo Trump en el programa de Marc Siegel, colaborador médico de la cadena.
“Sabes que si la recibo primero, estaré… de cualquier manera pierdo en eso, ¿verdad? Y si no la recibo, (dirán que) no creo en el programa”, añadió en el diálogo televisivo.
El mandatario se refirió de esa forma al acuerdo de casi 2.000 millones de dólares firmado por su Gobierno para garantizarse millones de dosis de la potencial vacuna contra el nuevo coronavirus, una decisión que forma parte de una agresiva estrategia para inmunizar a los estadounidenses a principios del próximo año.
Según anunció la alianza germano-estadounidense Biontech/Pfizer este miércoles, la administración de Donald Trump pagará 1.950 millones de dólares para obtener 100 millones de dosis del antídoto que están desarrollando.
“Estados Unidos (...) podría adquirir hasta 500 millones de dosis adicionales”, detallaron ambas compañías en un comunicado.
Se trata del contrato más importante firmado en el marco de la operación Warp Speed, diseñada para acelerar el desarrollo de una vacuna mediante la financiación de ensayos clínicos y la construcción de plantas de fabricación.
La empresa de biotecnología alemana Biontech y el laboratorio estadounidense Pfizer desarrollan desde hace varios meses un proyecto de vacuna, que ahora está en una fase decisiva de ensayos clínicos a gran escala, después de unos primeros resultados alentadores.
Aunque el jefe de los Institutos Estadounidenses de Salud dijo apoyar la idea de que una vacuna contra el coronavirus debería ser un “bien público” global, Donald Trump estableció claramente la prioridad: vacunar a sus compatriotas lo más rápido posible.
El gobernante, que negó durante meses la gravedad de la pandemia, cambió de tono en las últimas horas y admitió “un alza preocupante de los casos” en el sur del país.
Ante ese panorama, su Gobierno está jugando varias cartas a la vez, en la medida en que es imposible saber en esta etapa cuál de las docenas de vacunas experimentales que están en desarrollo se adelantará finalmente.
Estados Unidos también invirtió 1.200 millones de dólares en el proyecto de AstraZeneca con la Universidad de Oxford, por 300 millones de dosis y transferencia tecnológica; y dio 1.600 millones a la biotecnológica Novavax. Igualmente, aportó a los proyectos de vacuna de Moderna, Johnson & Johnson y Sanofi.
Con información de AFP.