El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, incluso aislado en el Palacio de la Alvorada tras haber contraído la COVID-19, le pidió a los gobernadores y alcaldes que reabran el comercio y normalicen las actividades para evitar una tragedia peor que la causada por la pandemia.
“Espero que alcaldes y gobernadores, responsables como son, comiencen a abrir el comercio lo más rápido posible porque, en caso contrario, los problemas se van a agravar y mucho en Brasil”, afirmó el líder ultraderechista en su tradicional transmisión en vivo por las redes sociales de los jueves.
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Aseguró que desde un comienzo viene manifestando que hay que cuidar de las vidas, pero también de los empleos y que por eso ha sido duramente criticado.
Bolsonaro insistió en que el hambre y la depresión generada por la cuarentena entre los millones de brasileños que perdieron sus empleos puede provocar más muertes que el propio coronavirus.
“La preocupación con el empleo existe y es grande. La prensa ahora dice que el hambre puede matar más que la COVID, pero olvidan decir que la depresión también. Que se coloque en el papel del padre de familia que perdió la renta y sabe que será difícil encontrar empleo ahora”, afirmó tras relatar que en una reciente visita a una carretera un policía le dijo que el significativo aumento de los atropellamientos podría estar relacionado con suicidios.
Casi de forma simultánea a su transmisión, el Ministerio de Salud anunció que Brasil acumula hasta el 9 de julio 69.184 muertes por el coronavirus y 1.755.779 contagiados, lo que convierte al país en el segundo más afectado del mundo por la enfermedad tras Estados Unidos, y en uno de los nuevos epicentros globales de la pandemia.
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Bolsonaro dijo que el Gobierno intentó hacer su parte para combatir la pandemia pero que la Corte Suprema decidió que la responsabilidad de imponer medidas de distanciamiento social es de los alcaldes y los gobernadores regionales.