En Estados Unidos, la pandemia de COVID-19 continúa avanzando a un ritmo vertiginoso, con 2,7 millones de casos confirmados y más de 130.000 decesos. Esto cobra mayor relevancia al encontrarse el país a vísperas del 4 de julio, fecha en que celebran el Día de la Independencia.
Gavin Newsom, gobernador de California, ha advertido los peligros de congregar reuniones familiares con numerosos invitados, ya que podrían “bajar la guardia” con respecto al uso de cubrebocas. En este contexto, el patriotismo “puede ser expresado de manera un poco diferente en consideración a (lograr) nuestra independencia de la COVID-19″, indicó.
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Estados Unidos anunció su primer caso de coronavirus el 21 de enero de 2020. (Foto: BBC)
Asimismo, Newsom anunció que, durante tres semanas, tanto en Los Ángeles como en 18 condados del estado, se suspenderá la atención de restaurantes en espacios cerrados, así como bares, cines y otros negocios, ante el fuerte avance de la enfermedad en el territorio.
En Nueva York, la situación no luce más propicia, ya que el alcalde Bill de Blasio señaló que los restaurantes aún no pueden reabrir, pese a lo previsto en la estrategia de desescalada. “Todos compartimos la preocupación de que comer dentro de un restaurante se ha tornado problemático”, apuntó.
Dicho estado, que llegó a considerarse el epicentro de la pandemia de coronavirus en el mundo, ha determinado estrictas normas para evitar un posible rebrote, entre las que se encuentra la orden de cuarentena para los visitantes de 16 estados de la Unión Americana, cerca del 50 % de la población del país.
Esta nueva oleada de restricciones en Estados Unidos, como el cierre de playas durante el fin de semana festivo, puede entenderse con la declaración de una residente de Los Ángeles, quien, en la fila para hacerse un test de COVID-19, opinó que la ciudad reabrió “un poco muy pronto”.
Las medidas de desconfinamiento, a puertas del Día de la Independencia y en pleno inicio de la temporada turística de verano, podrían poner en riesgo a los ciudadanos ante un posible nuevo pico en los contagios, por lo que numerosas localidades han reforzado sus protocolos de prevención.
Por consecuencia, en condados de Florida, brigadas de voluntarios recorren las casas distribuyendo material de protección sanitaria, y en Miami Beach se penaliza con 50 dólares a las personas que no usen mascarilla en público. Vale decir, además, que la mayor parte de eventos por el 4 de julio han sido cancelados.
El mandatario estadounidense ha priorizado el impacto económico antes que la salud de sus compatriotas. Foto: AFP
No obstante, Donald Trump ha decidido no suspender el homenaje a la Independencia. El 3 de julio, el presidente de los Estados Unidos visitará, junto con su esposa, el espectáculo pirotécnico del Monte Rushmore, en Dakota del Sur, en el que yacen tallados los rostros de exmandatarios del país.
A su vez, la cadena de tiendas Macy’s informó, a modo de ‘sorpresa’, que celebraría una serie de shows de fuegos artificiales en Nueva York a lo largo la semana, con la salvedad de que durarían solo cinco minutos para evitar grandes concentraciones de gente. “Terminará antes de que los residentes puedan reunirse”, indicó en un comunicado.
Ante la posibilidad de una desescalada antes de tiempo, el experto en enfermedades infecciosas, Anthony Fauci, advirtió que, de no tomarse las medidas correctas de prevención, la cantidad de casos nuevos por día podría elevarse a 100.000. Asimismo, reconoció que las autoridades de salud “no tienen el control total” del brote de coronavirus.