Una mujer denunció a su pareja y a su cuñado por abusar sexualmente de su hija, quien padece de parálisis cerebral e hipoacusia conductiva y neurosensorial en su vivienda de Córdoba, Argentina.
La madre dijo que el hecho se produjo el 24 de junio del 2014, cuando su hija aún era menor de edad, pero las autoridades de justicia hicieron caso omiso a su denuncia y no tomaron ninguna acción contra los abusadores.
PUEDES VER: Condenan a exsacerdote pedófilo en Australia: usaba la excusa de “leer” la biblia a un niño
El abogado Carlos Nayi, que representa a la víctima, confirmó a El Doce que Sebastián y Fernando Barrera están imputados por abuso sexual con acceso carnal, pero hasta la actualidad siguen libres.
La madre dijo que el abuso se produjo en el 2014, cuando su hija aún era menor de edad.
La causa fue enviada a juicio oral, sin embargo, en mayo de 2019 los acusados apelaron. A casi seis años de haber denunciado los hechos, y aún varios más desde que ocurrieron los ataques, Gisella está desesperada por conseguir justicia para su hija.
La madre de la joven aseguró que hasta el momento no ha encontrado justicia por el gran daño que su expareja y cuñado le hicieron a su niña, pese a los años transcurridos desde aquel salvaje accionar. “Era su padrastro y se aprovechó del vínculo que tenían”, remarcó Gisella.
Según información brindada a El Doce, el hijo mayor de la mujer fue quien descubrió los abusos al que su padrastro sometía a su hermana con habilidades especiales. “Fueron muchos ataques, violaciones. Hubo filmaciones y fotos. Abusaban de ella cuando yo salía a trabajar e incluso una vez lo hicieron mientras estaba internada”, agregó la madre de la víctima.
PUEDES VER: EE. UU.: sujeto intentó quemar vivo a su hijo de cuatro años “para liberarlo del demonio”
“Le arrebataron sus sueños y le arruinaron su inocencia. Es mucho dolor”, contó para insistir en el pedido de justicia. Gisella relató que su hija había comenzado a tener considerables avances gracias a la rehabilitación e incluso había conseguido mover sus piernas. Pero después de los ataques, no quiso continuar con los ejercicios.
La frustrada madre mostró su impotencia además porque su expareja siguió con su vida normal y hasta tuvo ciertos reconocimientos profesionales, llegando a ejercer como instructor de tenis de mesa, con menores de edad como alumnos.