El COVID-19 ha traído con fuerza teorías radicales y una de ellas es la colapsología. La crisis sanitaria que está viviendo el mundo ha paralizado la actividad económica en diversos rincones del planeta y nos ha sumado a un periodo de incertidumbre.
Mientras la enfermedad avanza, parece estar colocando al mundo “al borde del abismo”, tanto social como económica. Si bien, según la colapsología, no representa el fin de la humanidad, sí representa el fin de la sociedad como la conocemos.
Según los defensores de la colapsología, se espera la mayor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. “No es el fin del mundo, pero sí una advertencia”, indica Yves Cochet, coautor del libro Génération collapsonaute.
Nacida en Francia, esta teoría advierte -desde hace un lustro- sobre el hundimiento de la civilización industrial a causa del agotamiento de un modelo de desarrollo expansivo, presente desde hace más de dos siglos. Además, previene sobre lo que podría suceder con la sociedad.
Muy vinculada al cambio climático, esta corriente defiende una toma de conciencia social para frenar el colapso inevitable. Según esta teoría, el hombre impacta en el medio ambiente de forma perdurable y negativa.
Sus teóricos consideran que el colapso de la civilización como la conocemos podría provenir de la conjunción de diferentes crisis. “La gran lección de la historia”, indica Pablo Servigne, “es que las tres maneras de morir masivamente son las guerras, las enfermedades y las hambrunas. Y que las tres se retroalimentan”, según menciona a la agencia de noticias AFP.
“La primera lección del coronavirus es la más increíble, y es que es posible en unas pocas semanas suspender en todo el mundo y simultáneamente un sistema económico que nos decían que era imposible ralentizar o redirigir”, indica Bruno Latour al medio francés AFP.
Según declaraciones de Yves Cochet, con la llegada del nuevo coronavirus se demostró que “no estábamos en absoluto preparados y que por lo tanto esto está llegando antes de los que pensábamos”.
En su libro Avant l’effondrement visiona un hundimiento global antes del 2030. Sin embargo, Cochet aún se abstiene en declarar sobre si el coronavirus supone el “inicio del fin”. “Es demasiado temprano para saber si es demasiado tarde”, agregó.
De lo que está seguro es que la crisis económica mundial que viene “será todavía más severa de lo que creemos”. Además, indicó que hay “probabilidad que en el futuro nos lleve al desastre mundial, con muchas víctimas”.
Pablo Servigne, uno de los padres de la colapsología, señala que hay esperanza. “Todas las crisis brindan oportunidades”, informa. En tal sentido, mencionó que la pandemia ha permitido - en gran medida- que la población deje de contaminar, ya que las personas están en sus casas.