La justicia de Alemania descubrió una gran estafa en torno al fallido suministro de 10 millones de mascarillas, por un valor de unos 15 millones de euros, al Estado regional de Renania del Norte-Westfalia, anunció el martes la fiscalía de Traunstein, una ciudad del país europeo.
Dos empresas de distribución debían entregar las mascarillas a las autoridades de las ciudades de Hamburgo y Zúrich con el objetivo de proteger a la mayoría de la población contra el nuevo coronavirus (COVID-19).
Pero estas dos compañías fueron víctimas de una estafa. Efectuaron una transferencia bancaria por adelantado de unos 2 millones de euros a la cuenta de otra empresa que debía entregarlas, precisó la fiscalía en un comunicado. Los tapabocas nunca llegaron a su destino final.
El Estado regional de Renania del Norte-Wesfalia, que había pagado 14.7 millones de euros a las dos distribuidoras, pudo recuperar su dinero cuando la estafa fue descubierta.
La enorme demanda de estos equipos se convirtieron en una batalla sin cuartel entre países. Los problemas surgieron, incluso, entre las naciones de la Unión Europea, donde muchos prohibieron la exportación de material médico o efectuaron decomisos, como Francia.
Un empresario fue detenido en Galicia, al norte de España, por el presunto robo de dos millones de mascarillas que luego fueron vendidas en Portugal, indicaron las autoridades.
El presunto hurto se produjo en un depósito industrial de Santiago de Compostela.
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“La hipótesis actual es que, después de robar el material sanitario, este fue vendido a una empresa afincada en Portugal", por lo que se pidió la colaboración de la policía de ese país, según precisó el comunicado.