Trabajadores sexuales chinas en Nueva Zelanda han denunciado que niegan su nacionalidad y ofrecen descuentos para no perder más clientes que temen contagiarse de coronavirus, una enfermedad que ha dejado más de 630 muertos y más de 31.000 casos confirmados en el mundo.
“No menciono más que soy china y ofrezco un gran descuento, pero los clientes nos están evitando como si fuéramos el virus”, declaró una prostituta en condición de anonimato al medio local New Zealand Herald.
Aunque no ha ido a China en los últimos ocho años, la fémina aseguró que los clientes la ven como si acabara de “llegar de Wuhan”, ciudad capital de la provincia de Hubei, donde surgió este virus catalogado como emergencia internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En una nota en la que se consultó a varias mujeres dedicadas a la prostitución, apuntaron que ante el brote del coronavirus han optado por asegurar en anuncios que publican en internet que son coreanas, japonesas o asiáticas en general.
Una de ellas, de nacionalidad china, reveló que se vio obligada a rebajar el coste de sus servicios de 180 a 90 dólares. Aun así, el negocio cayó un 50% en solo una quincena, refirió el portal ruso RT.
El nuevo coronavirus fue detectado por primera vez en Wuhan (sureste) a finales de 2019. Ha causado al menos 638 muertes en China y más de 31.500 infectados.
El coronavirus 2019-nCoV traspasó las fronteras chinas al confirmarse casi dos centenares de contagios en una veintena de países.