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Conoce al pangolín, el animal más traficado del mundo y la iniciativa por salvarlo de la extinción

La demanda por su carne en restaurantes asiáticos y el beneficio medicinal de este mamífero son las principales causas del tráfico ilegal de los pangolines.

“El pangolín, único mamífero con escamas, está a punto de desaparecer. Son vulnerables y algunos, además, están el peligro crítico”, sostuvo Crawnford Allan, director de Traffic, red de monitorio de comercio de vida silvestre de la WWF (Word Wildlife Fund), a Clarín.

Explicó que la crisis más urgente que amenaza a los pangolines es provocada por la demanda de su carne para restaurantes exóticos en Asia; de su piel para hacer artículos de cuero de alta gama y de sus escamas para el uso en medicinas y tónicos. "El comercio ilegal de estos animales, que se nutre de esos factores, es el principal impulsor de la caza furtiva y la amenaza más firme para su futuro”, aseguró preocupado.

Este animal es conocido como el mamífero más traficado del mundo, sus ocho especies (4 en Asia y 4 en África) se encuentran en peligro de extinción. Y, es protegido por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites, por sus siglas en inglés), una organización global que prohibió su venta.

Por su parte, la organización no gubernamental Fundación de Historia Natural de Azara explicó que para proteger la vida de los pangolines, se han ejecutado distintos programas destinados a la protección de sus vidas en su propio territorio, a la reducción del contrabando en Asia, a la capacitación del orden público y a la sensibilización de los ciudadanos de los países asiáticos.

Sin embargo, estas medidas emprendidas no parece alertar a su agresores por la cantidad de incautaciones que se registran a nivel internacional.

En tanto, Kanitha Krishnasamy, directora de la filial Sudeste Asiática de Traffic, asegura que el volumen que se trafica es asombroso y ninguna especie amenazada puede soportar este nivel de extracción. “Se necesita una acción más fuerte para disuadir a los traficantes y para cambiar la conciencia que impulsa su consumo”, pide.

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Problema Global

La Fundación aseveró que el tráfico de estos animales representa un delito, y que para frenarlo debe funcionar un engranaje similar al que está en marcha sobre los casos de tráfico de armas o trata de personas. “El único modo de combatirlo es dándole rango de delito complejo y tratarlo como tal. Hay iniciativas globales que la Argentina debería adoptar para compartir el problema, que también existe en en nuestro territorio", señala el especialista de la Fundación Hernán Ibañez.

El estudioso, además, informa que quienes se dedican a estas actividades son delincuentes preparados, pues no son simples comerciantes. Todo está relacionado, como el tráfico de marfil africano, en algunos casos, ayudó a comprar armas, según ejemplificó.

“En Argentina, los animales más afectados por ese fenómeno son el cardenal amarillo, los loros habladores y los cauquenes, entre otros”, destacó.

Aunque existen leyes nacionales e internacionales que protegen la integridad de los pangolines, este comercio ilegal no disminuye, al contrario se incrementa aún más por los “beneficios” que le atribuyen a su carne y cuero.

En China y Vietnam consideran la carne de este mamífero un manjar por lo que lo ofrecen en los restaurantes donde los clientes buscan probar algo diferente.

Mientras menos pangolines hay, el precio aumenta en el mercado negro, y esto atrae más a sus cazadores, según Ibañez.

Amenaza online

WWf ha detectado distintos sitios del Internet que amenazan no solo la vida de los pangolines, sino de otros animales silvestres. La venta online de sus productos obtenido ilegalmente representan una amenaza a su integridad.

Crawnford Allan exhortó a los gobiernos y organizaciones del mundo a unirse a la protección de los animales de la naturaleza porque “necesitamos conciencia a nivel mundial”.

Según el director del Traffic, mientras existan los engaños y los guiños aduaneros, el comercio de estos animales continuará. “Creemos que el endurecimiento de las leyes puede ayudar. Y la empatía por el pangolín, también”, afirmó.