Un adolescente al que le encantaban los juegos de computadoras asesinó a su hermana luego de protagonizar un altercado el pasado 2 de febrero del 2018 en su vivienda de Macon, Estados Unidos.
El joven de 16 años inició una pelea familiar, según informó el canal de noticias ABC, debido que había cambiado la contraseña de la señal Wifi de la casa para tener mayor ancho de banda y poder jugar sus videojuegos sin ningún problema.
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Al enterarse de los cambios realizados por el menor Kevon Watkins, su madre Latoya le reclamó y terminó desenchufando y llevándose el enrutador del Wifi a su habitación. A los pocos minutos, el joven irrumpió para confrontarla.
Al escuchar la pelea entre madre e hijo, la hermana mayor Alexus, mamá de un pequeño de 3 años, se dirigió al dormitorio e inició un enfrentamiento físico con el muchacho aficionado a los videojuegos, quien la lanzó al piso y golpeó brutalmente.
La madre trató de separar a sus hijos, pero lamentablemente no pudo y Kevon estranguló a su hermana. El menor le colocó el brazo por el cuello de la víctima y terminó asfixiándola.
Latoya llamó al 911 para que los paramédicos acudan a su domicilio y atiendan a su hija que se encontraba sobre el piso, pero desafortunadamente, nada pudieron hacer debido que Alexus ya había fallecido.
La madre de los jóvenes comenzó a gritar histéricamente luego de que el oficial comenzó a realizarse una reanimación cardiopulmonar (RCP) y ver que su hija no respondía.
Cuando Watkins vio que su hermana estaba muerta, se derrumbó. Momentos después, personal policial que acudió a la escena del crimen, trasladó al joven asesino a un centro de detención juvenil.
Kevon cumplió los 18 años en agosto del 2019. Durante su proceso, acordó con su abogado que renunciaría a su derecho a un juicio con jurado y, decidió tener un juicio de banco, donde un juez escucha el testimonio, revisa toda la evidencia y decide el destino del imputado en una audiencia de dos días.
Según la pericia policial, Alexus falleció por muerte cerebral, luego que su hermano la sujetara por el cuello por más de 10 minutos, ocasionando falta de oxigenación al cerebro.
Durante la audiencia, Kevon testificó “Nunca tuve la intención de matarla en absoluto”. Aseveró que actuó de esa forma porque tenía miedo y “porque ella me iba a pegar”.
La jueza del Tribunal Superior del Condado de Bibb condenó al muchacho a cadena perpetua por asesinato y no por homicidio involuntario.