El pasado 2015, el sultán de Brunéi –un pequeño país en Malasia- Hassanal Bolkiah, firmó un decreto en el que prohíbe la Navidad y quien se atreva a celebrar esta fecha, sin un permiso especial, podría pasar hasta 20 años las rejas y pagar una multa de 320 mil dólares.
Debido a ello, el director de Human Right Watch para Asia, Phil Robertson, cuestionara esta ley a través de su cuenta oficial de Twitter: “¿Por qué el dictador absoluto sultán de Brunéi le teme a Santa Claus?”.
Hassanal Bolkiah quiere reforzar la ley sharia, en un país donde el 80% de sus 420 mil habitantes profesan el islam.
Cabe destacar que este año, en Brunéi, se impuso la muerte por lapidación para quienes practiquen el sexo extramarital, la amputación de extremidades a quienes roben y una pena de 40 latigazos a las mujeres que mantengan relaciones lésbicas, entre otros.
Brunéi no es el único país que ha prohibido la Navidad, ya que en el año 2012, 41 cristianos fueron detenidos por la policía religiosa de Arabia Saudita, por ‘conspirar’ para celebrar esta fecha, es decir, por orar en medio de la Navidad. Sin embargo, este país musulmán, permite la celebración en privado y cada año publica una reglamentación que prohíbe ‘signos visibles navideños’.
Por otro lado, en China se garantiza la libertad religiosa, por lo que no hay problema en celebrar la Navidad 2019, pero, en el año 2014, el Departamento de Educación de ese país, prohibió cualquier evento relacionado con la Navidad en colegios y jardines infantiles, en la ciudad de Wenzhou.
En el mismo continente asiático, en Tayikistán, amonestan a quien se disfrace de Papá Noel, armar un árbol navideño o intercambiar regalos.
Mientras que el Somalia, en el año 2015, se prohibió todo tipo de celebraciones referentes a la Navidad o el Año Nuevo por considerarlas “contrarias a la cultura islámica y que podrían dañar la fe de la comunidad musulmana”, así lo informó el Ministerio de Asuntos Religiosos de ese país del África Occidental.