Las cárceles de Estados Unidos siempre han sido un misterio para todos. Desde cómo son tratados los presos hasta cuáles son las condiciones de salud a los que son sometidos. Sin embargo, existe una prisión con muchos oscuros secretos en su interior: Alcatraz.
Dicho recinto inició sus labores en 1934; no obstante, su duración llegó a 30 años. Un edificio grande con 336 celdas ubicada en una isla pequeña frente a la costa de San Francisco. Allí iban a parar los presos más indeseados, peores e indomables.
En toda su historia estuvieron alrededor de 1545 presos. Desde ladrones de banco hasta contrabandistas peligrosos se instalaban entre los fríos barrotes de la cárcel. Pero, sin duda, el prisionero más famoso fue Al Capone.
Un lugar donde nadie podía salir y conocido por sus condiciones inhumanas. Los castigos físicos y los encierros en pequeños calabozos por semanas volvía locos a los prisioneros. No existían actividades de recreación o un clima de paz, todo lo contrario, apenas luz dentro de las rejas y el silencio era el mejor aliado.
Las celdas pequeñas en la cárcel de Alcatraz.
Los guardias siempre estaban en constante vigilancia. Seis controles grupales diarios y 13 examinaciones al individuo al día. Además, el recinto contaba con torres de vigilancia las 24 horas, un gran ejército de guardias y un protocolo antiescape de los prisioneros.
A pesar de estar ubicados entre las heladas aguas del Océano Pacífico, existió muchos intentos de fuga, en total, 14. En esos escapes fueron descubiertos 23 y murieron 13.
Ubicado frente a las costas de San Francisco en el Océano Pacífico.
Sin embargo, existe un escape que será recordado por su hazaña. En mayo de 1962, tres presos lograron lo imposible: salir de Alcatraz. El plan de Frank Morris y de los hermanos John y Clarence Anglin había sido diseñado con muchos años con herramientas muy cuidadosas y sobretodo pensando en el principal obstáculo: el océano.
Los tres presos que lograron escapar de la indomable cárcel de Alcatraz.
El día anterior habían colocado cabezas de mentira sobre sus camas y emprendieron el rumbo. Con mucho cuidado atravesaron las puertas de cada sector y se introdujeron por los ductos de ventilación.
Los presos dejaron una réplica de sus cabezas para poder escapar.
Finalmente, con 50 impermeables construyeron una balsa para irse a la ciudad de San Francisco. No se supo de ellos. El gobierno los decretó muertos en el agua.
Si bien existen muchos mitos sobre si se llegaron a escapar. Muchas personas confirman que sí tuvieron éxito en la misión. Al transcurrir los meses, un preso recibió una carta con dos palabras: Gone fishing (misión cumplida).
También que la madre de los hermanos Anglin recibían extrañas postales y la visita de dos mujeres que parecían disfrazadas. En 2013, llegó una carta con firma de John Anglin.
"Mi nombre es John Anglin. Escapé de Alcatraz en junio de 1962 con mi hermano Clarence y Frank Morris. Tengo 83 años y estoy en mal estado. Tengo cáncer. Sí, todos pudimos escapar esa noche, ¡pero por poco! Si anuncian en TV que iré a prisión por no más de un año y que tendré atención médica, entonces les escribiré de nuevo y les dejaré saber el lugar exacto donde estoy. No es una broma”, decía el texto.
Carta de uno de los presos fugitivos.
Por esta carta, el FBI reabrió el caso; sin embargo, no se conoció sobre las investigaciones. Aún el misterio queda. Por estas historias, la industria del cine sacó una película: Fuga de Alcatraz.
Aún existen misterios sin resolver e historias con finales abiertos. Lo único cierto es que la cárcel cerró al año siguiente de la fuga por su pésima reputación en todo sentido.
Los prisioneros atravesaron varios sectores de la enorme cárcel de Alcatraz.