Tuve suerte. Esa es la palabra que Amanda Zimmerman se apresura a decir cuando recuerda el momento en que su bebé, de 1 año, se atragantó con una galleta y detuvo su respiración.
Ocurrió el sábado en Kissimmee, en el centro de Florida (Estados Unidos), el sábado pasado. De inmediato, llamó a un grupo de policías que pasaba por la calle.
“Salí corriendo, saludé y simplemente se lo entregué. No estaba respirando”, contó Amanda Zimmerman a FOX35 Orlando.
Las imágenes de la cámara del cuerpo del Departamento de Policía de Kissimmee muestran a un oficial golpeando repetidamente la espalda del pequeño.
Al menos cinco oficiales se sumaron el rescate. “No responde”, dice el oficial mientras continúa la maniobra modificada de Heimlich.
Momentos después, otro oficial mira la cara del bebé y grita: “Se está volviendo morado”.
Los oficiales no se rindieron, voltearon al niño sobre su espalda y le tocaron el pecho. Mientras continúan sus intentos, se puede escuchar a Amanda Zimmerman gritando el nombre de su hijo.
Diez minutos después, el menor volvió a dar signos de vida. Fue llevado a un hospital de Estados Unidos para recibir tratamiento.
La subdirectora, Betty Holland, calificó el esfuerzo de rescate como una exhibición “increíble” de trabajo en equipo.
“No hay ganas de salvar la vida de alguien y eso fue lo que hizo, eso fue lo que hicieron”, dijo Holland a FOX35.
Amanda Zimmerman ha comentado que su bebé está en casa, saludable, y que espera conocer a los oficiales que ayudaron a salvar su vida.