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El “ángel guardián” de los papas es echado tras difusión de documentos secretos del Vaticano

Domenico Giani fue entrenado para defender con su vida a los pontífices. Así lo hizo durante 20 años hasta que se anunció su salida en medio de un escándalo que envuelve a personajes de las altas esferas de la Santa Sede.

El jefe de seguridad del Vaticano, Domenico Giani, ha dimitido por la fuga de información confidencial sobre una investigación por presuntas irregularidades financieras, tras dos décadas al servicio de tres pontífices.

La Santa Sede informó hoy de la salida del comandante de la Gendarmería vaticana “para asegurar la debida serenidad a la investigación en curso” y “por amor a la Iglesia y fidelidad al Sucesor de Pedro”, se lee en un comunicado oficial.

El 2 de octubre se difundió una orden confidencial de medidas cautelares contra cinco trabajadores vaticanos en el marco de una investigación por supuestas irregularidades financieras y Domenico Gianni ha dimitido como responsable de la seguridad, pues el autor de esta filtración “sigue siendo desconocido”, aclara la nota del Vaticano.

Entre los cinco empleados a los que se les impuso limitaciones administrativas figura Tommaso Di Ruzza, director de la Autoridad de Información Financiera (AIF), un organismo instituido para la lucha contra el blanqueo de capitales.

El resto son Vincenzo Mauriello y Fabrizio Tirabassi, dirigentes de la Secretaría de Estado; una empleada de Administación, Caterina Sansone; y el jefe del Departamento de Información y Documentación, Mauro Carlino.

El Vaticano consideró hoy que la publicación de la orden confidencial “perjudicaba gravemente tanto la dignidad de las personas implicadas como la imagen de la Gendarmería”, y se sabe que estos hechos han provocado el enfado de Francisco.

El papa aceptó la dimisión de Domenico Giani y conversó “largamente” con él para expresar “su aprecio por su gesto, expresión de libertad y sensibilidad institucional” y por el trabajo que “ha realizado con humildad y discreción al servicio” de la casa religiosa.

Y le ha agradecido su “fidelidad y lealtad incuestionables” y haber creado “una atmósfera constante de tranquilidad y seguridad” en torno a los pontífices a lo largo de su trayectoria, acompañándolos y protegiéndolos por todo el mundo.

Domenico Giani, con un pasado en los servicios secretos italianos, se unió en enero de 1999 a la policía vaticana como inspector general, bajo el pontificado de Juan Pablo II, hasta que siete años más tarde, en junio de 2006, se puso al frente de la Gendarmería.

Desde entonces se le ha visto como celoso escolta de los papas siguientes, Benedicto XVI y Francisco, corriendo junto al papamóvil o acompañándoles en sus viajes nacionales e internacionales.

En una entrevista difundida por la Santa Sede, el ya excomandante explica que vive este momento “difícil” con “serenidad interior”, aunque no tenga ninguna responsabilidad directa en la filtración, y reconoce que estos hechos han causado “un grave dolor” al papa.

Por eso, como jefe de seguridad del Estado pontificio, asume la responsabilidad y presenta su dimisión: “Como comandante he sentido vergüenza por lo ocurrido y el daño a esas personas”, afirma.

“Siempre he dicho y demostrado que estaba preparado para sacrificar mi vida para defender la del papa, y con este ánimo he decidido dimitir para no dañar la imagen y la acción del Santo Padre”, sostiene.

Pero al mismo tiempo afirma que tras su decisión hay motivos personales.

“El papa, por otro lado, conocía algunos de los problemas personales con los que cargo desde hace meses y mi deseo de dedicar mayor tiempo a mi familia, mi mujer y mis hijos”, subrayó.

Cabe resaltar que hace unos días un buen número de religiosos sudamericanos pidieron durante el Sínodo de obispos que se celebra en Ciudad del Vaticano la ordenación de hombres casados para hacer frente a la escasez de curas en la Amazonía, un debate que podría generar un cisma en la Iglesia Católica que lidera el Papa Francisco.