Sagitario A*, el agujero negro supermasivo que habita el centro de nuestra galaxia, siempre se ha caracterizado por ser relativamente tranquilo. Sin embargo, los astrónomos han captado un destello muy brillante proveniente de esta región, que contiene alrededor de 4.5 millones de veces la masa de nuestro Sol.
Tuan Do, de la Universidad de California en Los Ángeles, ha observado junto con su equipo el ‘corazón’ de la Vía Láctea, y se ha percatado de que el agujero negro multiplicó su brillo 75 veces, hasta que disminuyó a su forma habitual.
“Al principio estaba bastante sorprendido y luego muy emocionado”, declaró el astrónomo a ScienceAlert.
Tuan Do vio a Sagitario A* tan brillante que en un principio lo confundió con la estrella SO-2, la cual orbita al agujero negro. De hecho, afirma que nunca había visto brillar así a nuestro gran ‘devorador’.
Sin embargo, luego se dio cuenta de que la fuente del brillo era cambiante y que tenía que ser Sagitario A*. “Supe casi de inmediato que probablemente algo interesante estaba sucediendo con el agujero negro”, afirma.
El astrónomo publicó la grabación del evento en formato GIF (reproducción repetida). Empieza con un gran destello proveniente de Sagitario A*, y luego se ‘apaga’. Las demás estrellas continúan brillando mientras el agujero negro vuelve a su penumbra.
Do y su equipo captaron el destello desde el Observatorio WM Keck en Hawai el 13 de mayo. El grupo de astrónomos presenció el evento durante un lapso de dos horas y media, que condensaron en unos segundos, como se observa en el video.
Ubicación de Sagitario A, en el centro de la Vía Láctea. Imagen: NASA.
Dado que los agujeros negros no emiten radiación por sí solos, el punto más brillante que se observa al inicio del video es el polvo y el gas que se arremolinan alrededor de Sagitario A*.
Estos elementos sufren las violentas fuerzas gravitacionales del agujero negro, se genera fricción, y esto produce radiación, la cual puede ser vista gracias al rango infrarrojo usado por el telescopio.
Los astrónomos comenzaron a registrar el evento desde que Sagitario A* ya emitía un fuerte destello, por lo que se cree que pudo haber sido aún más brillante antes de la observación.
Este fue el primer tweet que Tuan Do publicó sobre el peculiar hallazgo. Se muestra la captura en infrarrojo del momento en que el brillo normal del agujero negro se multiplicaba por 75.
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Si bien aún se están reuniendo una serie de datos, el equipo de astrónomos mantiene dos posibilidades inmediatas para explicar el destello de Sagitario A*.
(Do et al., ArXiv, 2019)
Al revisar el desarrollo del suceso en el video, se observa a la estrella SO-2 muy cerca del agujero negro. “Una de las posibilidades es que la estrella SO-2, cuando pasó cerca del Sagitario A* el año pasado, cambió la forma en que el gas fluye hacia el agujero negro, por lo que cae más gas sobre este, ocasionando que sea más cambiante”, explica Do.
La otra posibilidad es una ‘reacción tardía’ del agujero negro al acercamiento que tuvo la nube de gas G2 en 2014.
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Los investigadores seguirán estudiando el centro de la galaxia en el mismo observatorio, antes de que ya no sea visible desde la Tierra. Asimismo, están a la espera de los datos de otros telescopios, como Spitzer, Chandra, Swift y ALMA, los cuales también estuvieron observando el centro galáctico.
“Estoy esperando con impaciencia sus resultados”, expresó Do, quien junto a su equipo publicaron su artículo en arXiv, que ya ha sido aceptado en The Astrophysical Journal Letters.
Sus datos podrían ayudarnos a comprender qué está sucediendo en el agujero negro supermasivo Sagitario A*.
La NASA define al agujero negro como una región en el espacio donde la fuerza de gravedad es tan fuerte que ningún tipo de materia, ni siquiera la luz, podrá escapar una vez que caiga en sus fauces.
Esta poderosa fuerza gravitacional es aún mayor en el centro, donde la materia es exprimida en un espacio pequeño. Ese lugar sumamente denso se conoce como singularidad, la cual resulta un enigma para los científicos.
Como la luz no puede escapar de la gravedad de los agujeros negros, estos no son visibles a los ojos. Sin embargo, los astrónomos han desarrollado herramientas espaciales capaces de detectarlos.
Así es como se vería un agujero negro en el universo. Foto: referencial
Cuando una estrella masiva (mayor a 10 masas solares) agota su hidrógeno, se convierte en una gigante roja. Después, esta agotará su helio, el único combustible que le queda. Tras varios miles de millones de años de haberse quedado sin energía, la fuerza gravitatoria de su núcleo comenzará a ejercer una presión aplastante sobre este y hará que la estrella se contraiga. Esto ocasionará una gran concentración de masa en un pequeño volumen: una enana blanca.
Uno de los posibles destinos de este enana blanca es que sufra la autoatracción gravitatoria hasta que colapse y se convierta en un agujero negro, con una fuerza de atracción ‘sin límites’.