En Londres, Reino Unido, se está aplicando una terapia CAR-T a los pacientes terminales con linfoma y leucemia (tipos de cáncer de sangre), la cuales están perdiendo la batalla debido a un tratamiento que reprograma genéticamente el sistema inmunológico de la persona.
“Nunca se había visto antes”, dijeron los médicos del King’s College Hospital respecto a la manera en que algunos pacientes se estaban curando completamente.
Esta terapia debe desarrollarse para cada paciente de forma individual, indica la BBC.
Primero, se extrae cierta cantidad de sangre del paciente para extraer los glóbulos blancos llamados células T, las cuales congelan en nitrógeno líquido y se envían a laboratorios en los Estados Unidos.
Luego, estas células se reprograman genéticamente para que, en lugar de matar bacterias y virus, localicen y destruyan las células cancerígenas.
Entonces, pasan a convertirse en “células T receptoras de antígeno quimérico”, mejor conocidas como células CAR-T.
En el mismo laboratorio, se lleva a cabo la duplicación de estas células durante un mes hasta lograr cultivar millones. Son enviadas a Reino Unido, donde introducen al torrente sanguíneo del paciente.
Las nuevas células T permanecen en el cuerpo, matando el cáncer durante mucho tiempo. Además, continuarán aumentando su número, acelerando el proceso.
Uno de los primeros beneficiados con este tratamiento fue Mike Simpson, un paciente del Servicio Nacional de Salud, quien en 2015 fue diagnosticado con linfoma de células B grandes, un tipo de cáncer de la sangre.
Ante el fracaso de la quimioterapia, en 2018 los médicos le informaron que le quedaban dos años de padecimiento.
“Si no me ofrecieran este tratamiento, me despediría en un período de tiempo relativamente corto”, dijo Simpson a la BBC.
En febrero de este año comenzó el tratamiento CAR-T, el cuál está funcionando como se esperaba.
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“Siento, que el tratamiento realmente está siendo efectivo, que tenemos el cáncer casi al límite”, agregó.
Según los ensayos clínicos, el 40% de los pacientes con linfoma en etapa terminal (no tratable) eliminaron de su cuerpo todos los signos del mal 15 meses después de iniciar el tratamiento.
"Es increíble poder ver a estas personas, a las que quizás no hayas dado ninguna esperanza, y que realmente logren la remisión”, destacó Victoria Potter, hematóloga consultora del King’s College Hospital.
Sin embargo, el precio que los pacientes pagan al asumir esta terapia CAR-T llamada Yescarta es considerable (además de las más de 280 mil libras esterlinas que tienen que pagar), pues en el corto plazo el cerebro y los nervios se ven afectados debido a la neurotoxicidad, lo que puede llevar a la confusión, dificultad para hablar y pérdida de conciencia.
Mike experimentó esos efectos secundarios, pues no recuerda en absoluto los primeros cinco días después de haber adquirido el tratamiento.
Afortunadamente, su función cerebral ha vuelto a la normalidad, aunque aún no se siente listo para volver a trabajar.
En cuanto a la posibilidad de que CAR-T funcione en otros tipos de cáncer, los médicos señalaron que, si bien es el más prometedor para los cánceres de sangre, aún es complicada su aplicación en los tipos que forman tumores, como el cáncer del pulmón o el melanoma.