EGIPTO. Ratifican sentencia a muerte a Mohamed Mursi, líder de los Hermanos Musulmanes, y otros 108 dirigentes., Mohamed Siali. EFE El derrocado presidente egipcio, Mohamed Mursi, fue sentenciado a la pena de muerte por fugarse de una cárcel y a cadena perpetua en un caso de espionaje, lo que demuestra una vez más que la justicia es implacable con los Hermanos Musulmanes. El juez Shaaban al Shami emitió su fallo firme en este caso, tras recibir la opinión favorable pero no vinculante del mufti Shauqi Alam, máxima autoridad religiosa musulmana de Egipto, respecto a las penas capitales dictadas hace un mes de forma provisional. Además de Mursi, otros 108 acusados, la mayoría de ellos miembros o seguidores de la Hermandad, fueron sentenciados a muerte en este caso, en el que estaban imputadas un total de 129 personas. También recibieron la pena capital el guía espiritual de la Hermandad, Mohamed Badía, y el presidente y el vicepresidente de su brazo político, el Partido Libertad y Justicia, Saad Katatni y Esam al Arian. Entre los condenados a la horca está además el destacado predicador egipcio Yusuf al Qardaui, el cual se encuentra actualmente en Catar. Asimismo, otras 21 personas fueron condenadas a cadena perpetua en este caso conocido como el de “la fuga de la cárcel”. “Apelaremos la sentencia contra todos los condenados, salvo en el caso de Mursi, ya que él mismo decidirá si desea apelar”, explicó el abogado de los Hermanos Musulmanes, Abdelmunaim Abdelmaqsud. El veredicto es apelable ante el Tribunal de Casación en un plazo de 60 días, siendo esta la última posibilidad de recurrir, según la ley egipcia. A los condenados se les acusa de haber huido de la cárcel y haber ayudado a escapar a más de 20.000 reos de tres prisiones egipcias, en el marco del caos de la revolución del 25 de enero de 2011, que llevó al derrocamiento del entonces presidente, Hosni Mubarak. Tiene otras sentencias Es la primera condena a muerte emitida contra Mursi, ya condenado en abril a 20 años de cárcel por el uso de la violencia durante unos disturbios ocurridos en las cercanías del Palacio Presidencial de Itihadiya, en El Cairo, en diciembre de 2012. El presidente islamista, elegido democráticamente y derrocado militarmente en julio de 2013, se enfrenta a otros casos, incluido uno en el que también podría ser sentenciado a la horca por los cargos de entregar información clasificada a Catar.